Lucía.
Llegadas las 5:30 am, mi alarma retumbó por toda la habitación provocando que me despertara de repente. Tomé mi celular aún con mi peor cara de zombie, prendí la pantalla y vislumbré como pude un pequeño mensaje en las notificaciones.
Me senté en mi cama y restregué mis ojos con la ilusión de que esto me ayudara a enfocar mejor la pantalla para ver de qué se trataba el escrito; mi brillante imagen de fondo llamó mi atención y no pude evitar pensar en el majestuoso lugar que en ella se veía: la playa Clearwater en Florida; esa foto había sido tomada justo el día en el que el reloj llegó a mí. Antes de ese bizarro acontecimiento, mi padre había tomado esa nítida imagen digna de una postal; ese lugar tenía una belleza mágica y siempre había querido regresar un día allí con alguien especial, era un sitio para disfrutar en compañía. Miré mi reloj con ternura, recordando que allí el mar me lo había obsequiado; abrí la tapa con cuidado y susurré el nombre de la playa para observar su tranquila marea.
Después de despejar un poco mi mente, retomé la concentración y me dispuse a abrir el chat grupal perteneciente al grado décimo de mi colegio y noté que el mensaje había sido enviado por el nuevo director del plantel.
Director Williams:
Estimados estudiantes, les informo que el día de hoy no se dictarán clases, por lo que no es necesario que asistan a la institución. Tendremos una reunión de comité con los representantes de cada aula y el día de mañana se recuperarán las asignaturas perdidas. Tengan un productivo día.
Marco Williams, director.
Recibido a las 5:00 am
Mi reacción en aquel instante fue confusa. Era quizás una mezcla entre alegría por no asistir al colegio, frustración por haber hecho la tarea de matemáticas en vano y por supuesto, mucho sueño acumulado en mis adormecidas extremidades. Acomodé mi cobija nuevamente sobre mi cuerpo, miré mi almohada y le sonreí amorosamente, ¡siendo así, podría dormir unas horas más! Acosté mi cabeza nuevamente sobre la almohada y me dejé envolver por el sueño.
...
Un zumbido me hizo abrir los ojos repentinamente, provenía de mi mano izquierda. Miré hacia allí y noté que me había quedado dormida con el celular aún en la mano después de la noticia de no asistir a clases. Sostuve con más firmeza el celular y lo acerqué a mi rostro dispuesta a ver la hora.
10:30 am marcaba la llamativa pantalla de mi móvil, ¡vaya que había dormido bastante tiempo!, deslicé las notificaciones y sorpresivamente hallé ahí el diminutivo de mi profesora de literatura, indicando que me había mandado un nuevo mensaje. No dudé en levantarme de la cama rápidamente y abrir sin vacilaciones aquel texto, ansiosa de saber qué querría decirme Anneliese.
Ann:
¡Hola, Lu! Supongo que ya te habrás enterado de que hoy no hay clases, y no sé tú pero yo tengo el día totalmente libre. ¿Qué te parece si aprovechamos para vernos y trabajar en nuestro cuento? El concurso cada vez está más cerca y deberíamos aprovechar la oportunidad.
Recibido 10:30 am
Releí aquel mensaje varias veces sin saber muy bien qué debía contestar. Claro que era importante el concurso y por supuesto que era una gran oportunidad para adelantar el cuento, pero si no podíamos entrar al colegio, ¿dónde nos reuniríamos?
Tampoco tengo nada qué hacer hoy, me parece una gran idea. Pero, ¿dónde nos veremos?
Enviado 10:35 am
Ann:
No te preocupes, podemos trabajar en mi casa. ¿Paso por ti a la 1:00 pm?
Recibido 10:42 am
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Love Time ©
Romance"El amor aparece cuando menos lo esperas" solo suponía una frase vana para Lucía, de aquellas que suenan bien al decirlas, pero tienen poca cabida en la realidad. Jamás se habría molestado en buscarle algún tipo de lógica a esas palabras, hasta que...