cap 9

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Dos horas después...

Camila solo oraba porque Lauren estuviera bien y le pedía al creador de todas las cosas que no se la quite. Se moría por dentro de solo pensar que podía quedarse sin ese par de ojos que le animaban su existencia.

-        Familiares de Lauren Jauregui?

-        Doctor, como está Lauren?

-        Es usted familiar?

-        Su... prima. Si su prima.

-        Ok, usted estaba con la señorita Jauregui en el momento de su desmayo?

-        Si.

-        Sabe que es lo que ingirió?

-        No, la verdad yo solo llegue cuando ella se desplomaba. Que sucede doctor? Esta grave?

-        La verdad es que... la señorita Jauregui ingirió una fuerte cantidad de algún tipo de medicamento sedante que la ha hecho quedarse casi anestesiada por largo tiempo. A penas y acabamos de hacerle un lavado estomacal. La cantidad fue muy grande y pudieron haber ocasionado... consecuencias más graves.

-        Qué dice? Pero ella...?

-        Ahora está bien. Solo que aún está bajo los efectos de la parte ingerida que ingreso en su sangre pero en aproximadamente una hora ya debe estar despierta.

-        Eso significa que está fuera de peligro?

-        Si.

-        Gracias doctor, muchas gracias.

-        No se preocupe. Ahora solo cuide a su prima. Debe tener una dieta rigurosa que ya encargue transcribir a la enfermera. Antes de irse pase por recepción para recogerla.

-        No se preocupe.

-        Hasta luego.

-        Hasta luego... Eh... doctor?

-        Si, dígame?

-        Cuando saldrá Lauren?

-        En cuanto pueda ponerse de pie.

-        Ok, gracias.

-        No hay de qué.

Camila sonrió después de mucho rato. Pero al recordar quién era responsable de todo, la sonrisa se le borro del rostro. Lauren no estaba totalmente libre de culpa. Por qué demonios había ido al departamento de esa p... de esa chica? Tendría que darle muchas explicaciones en cuanto se despierte.

Cuando Lauren despertó sintió casi todo el cuerpo con una gran pesadez. Hasta le dolía abrir los ojos. Lo único que hizo fue quejarse. De pronto sintió como alguien se acercaba y le hacía beber un poco de agua.

-        Gracias –susurro a quien le haya dado de beber.

-        De nada.

Al oír la voz de su amada sonrió.

- Camz... amor...

-        Estoy aquí Lauren.

Pero la pelinegra sintió algo fría la voz de su dulce novia.

-        Donde... estoy?

-        En el hospital Central.

-        Qué pasó?

-        Al parecer alguien... quiso pasarse de la mano contigo... a la mala.

-        Oh, es cierto! –recordó que Nina le había invitado un vaso de refresco y como tenía mucho calor lo había bebido. A los pocos minutos empezó a perder fuerza y sintió un profundo sueño se apoderaba de su ser Maldita Nina... me las pagará...

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora