cap 46

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Y salió con paso apresurado hacia la salida. Vio su auto y se acercó a el. Solo le faltaba un paso para poder tocar la manija que abriría la puerta cuando David la alcanzó nuevamente. La tomó del brazo y la obligo a mirarlo:

- No sabes en que te has metido Camila. Voy a destruir a tu padre y entonces vendrás a suplicarme que...

- Será mejor que suelte a la señorita.

- Que diablos...

David levantó la mirada solo para encontrarse con la enorme presencia de Fabricio, el guardaespaldas de Camila. Pero su soberbia lo hizo pecar de tonto.

- Lárgate de aquí, que este no tu asunto.

- Le advertí que soltara a la señorita. No me obligue a usar la fuerza.

- Con quién demonios crees que te estas metiendo, maldito insecto?

- Me permite, señorita? –mirando a Camila.

- Adelante, Fabricio-sonriendo.

Entonces todo pasó muy rápido. Fabricio cogio con su enorme mano el brazo por el cual David sostenía a Camila, lo apretó hasta que David chillo de dolor y soltó el brazo de Camila. Luego le dobló hacia atrás y dándole un puntapié en la entrepierna mandó al suelo a David.

Camila no se quiso quedar atrás y con su zapato de tacón le dio una patada en el estómago al ya agonizante, de dolor, David. Luego Fabricio le abrió la puerta y Camila subió a su auto. La última imagen que tuvo de David en mucho tiempo fue la de este revolcándose de dolor en suelo de aquel lugar.

- Muchas gracias Fabricio. Sin ti hubiera sido más difícil

- Es mi trabajo señorita. A su casa?

- Por supuesto. Hoy dormiré muy bien después de mucho tiempo –sonriendo.

Fabricio también sonrió y llevó a Camila al hogar. Una vez que Camila ya estaba recostada sobre su cama recordó algo que debía de tener a la mano porque dentro de poco lo devolvería. Salto de su cama y corrió hacia su tocador a buscarlo. Dos minutos después estaba en el balcón de su habitación con el anillo de zafiro en sus manos y observándolo a la luz de la Luna.

- Dentro de poco regresaras a tu dueña. No importa como, no se ni como empezar pero...la recuperaré...recupere su amor. Y si es cierto que nunca lo tuve, lo conseguiré. Una vez sentí como podría ser si ella me amaría...y yo...yo quiero su amor...lo deseo...porque la amo. Siempre la he amado, lo sabes verdad? Tú estuviste con ella algún tiempo. Me podrías decir si ella te dijo algo de mi? Alguna vez mencionó si me amaba? –rió para sí misma al darse cuenta que estaba hablando con un anillo, pero no era la primera vez- Mientras ella dormía después de la última vez que hicimos el amor, recuerdas que te pedí que guardarás mi amor en ti y se lo trasmitieras a ella cuando yo ya no estuviera a su lado? Por eso perdí el control...cuando... -una lágrima rodó por su mejilla- te regreso a mi...Era una señal definitiva que despreciaba mi amor...y no lo pude resistir...La amo demasiado, lo sabes verdad? Por favor, ahora cuando te devuelva a tu verdadera dueña inténtalo...ayúdame a hacerle sentir la profundidad de mi amor...transmítele todo lo que sabes que guardo en mi...Eres tan pequeño y al parecer ni siquiera tienes vida pero...pero más allá de eso para mi eres el símbolo que ella alguna vez aceptara el amor que quiero darle...Con este beso deposito en ti mi amor esperando que se lo hagas sentir –besando el anillo.

Luego miró su mano, no había nada. Cuando Lauren le había quitado el anillo se dio cuenta que a pesar de su peso, apenas había sido consciente de él durante el tiempo que lo había tenido. Había sido como si siempre lo hubiera llevado puesto y al ser despojada de él había sentido la mano desnuda...vacía...Lauren le había quitado definitiva e irrevocablemente todo lo que Camila guardará de ella. Ese acto había significado que le quitaba su amor y al arrojarle el otro anillo había despreciado el amor que Camila le tendría siempre. Que podría hacer con una persona que no quería dar ni recibir amor? Cómo podría siquiera acercarse a Lauren cuando tan solo pensar en ello la ponía a temblar? Le tenía tanto miedo...tanto miedo a que la vuelva a herir como lo hizo aquella vez.

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora