cap 10

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Sintió como una suave mano, que reconocía perfectamente, le acariciaba la frente. Sonrió y sin abrir los ojos dijo:

- Buenos días princesa. Me alegro que hayas regresado a cuidar a tu amada.- ...

- Sigues enfadada? –y abrió los ojos lentamente.

- Eso depende.

- De qué?

- No tienes ninguna excusa pero ya veremos. Ven, te prepare el desayuno. Necesitas reponer fuerzas.

- Mmm mi amada me ha preparado el desayuno... el día empieza muy bien.

- Vamos.

Desayunaron juntas sin decir palabra. Cuando terminaron Camila se disponía a lavar los platos usados pero Lauren le tomó la mano, la llevo hasta la sala y la sentó sobre sus piernas, mientras ella lo había hecho en el sofá.

- Fue todo una trampa eso te lo puedo asegurar.

- Eso lo se... lo que no sé es por qué fuiste? –Lauren beso su frente y tomo el rostro de Camila entre sus manos.

- No lo sé... Fue muy convincente. Me dijo que a pesar de haber avisado a medio mundo de su regreso nadie había ido a verla y estaba deprimida. Me tocó el sentimiento... ya sabes que por ese lado soy algo... débil.

- O sea si te dice que está deprimida y te pide que se acuesten para levantarle la moral...

- No Camila, no exageres.

- Eso me haces pensar –sus ojos mostraron una pequeña humedad.

- No. Nada de eso. La única mujer con la cual podría hacer eso es contigo. Qué debo hacer para que estés segura que te soy completamente fiel.

- Yo se que tú me serias fiel... Lau confió en ti... en quien no confió es en esa arpía.

- Entonces no confías en mí. No confías en que por sobre todas las cosas yo te sabré respetar a ti y a la confianza que me has depositado.

- Lau...

- Camila, amor... fue un error que no se volverá a repetir. Prometo que no volveré a verla ni a acudir a sus llamados así se esté muriendo.

- No es eso Lau.

- Entonces?

- Solo quiero... solo quiero que desaparezca.

- Esteeeee... bueno sería capaz de hacerla desaparecer si me lo pides pero no creo que conmigo en la cárcel y tu libre nuestra relación funcione eh!

- Jajaj mi Lau. No me refería a eso.

- Lo sé. Solo quería hacerte reír.

- Te amo –y deposito un tierno beso en sus labios.

- Y yo a ti... ven vamos, te lo demostrare.

Y compartieron una apasionada mañana que solo se vio interrumpida por el almuerzo.

- Te juro que si no es necesario comer no te dejaba salir de la cama.

- Jajaj ay mi amor eres insaciable.

- Cuando se trata de ti así es, mi vida.

- Hemos estado casi toda la mañana en la cama y aun así no te cansas?

- No, de ti nunca... y tampoco de la buena pasta jajaj –y se metió un buen trozo de fideos a la boca logrando hacer reír a Camila.Sin embargo esta aun seguía muy preocupada por todo lo que Nina le había dicho. Debía darle tiempo al tiempo. A penas llevaban unos meses de relación y no era aún el momento para que Lauren le pidiera pasar el resto de su vida con ella. Sin embargo, una parte de ella le decía que ya había pasado mucho tiempo... demasiado tiempo amando a Lauren y recién ahora era correspondida.Dale tiempo Camila, no sea que por apresurar las cosas salgan mal. Has esperado más de diez años... unos pocos mas no harán mal... pero cuantos más? Cuantos?, pensó.

- En qué piensas princesa?La voz de Lauren la saco de sus pensamientos de manera algo brusca.

- Eh?! Yo... no, en nada... solo... nada.

- Vamos dime princesa... O quieres que encuentre la manera de convencerte? –y guiñó un ojo con una mirada pícara en su rostro.

- Ejemmm nada en serio –respondió sonrojándose y medio aclarando la voz ya que esa mirada había provocado un aletazo de mariposas en su estómago.

- Vaya... me encanta cuando haces eso.

- Eh? Qué? Qué hice?

- Ser tú.

- Que dices Lau? –sonriendo apenada.

- Que te quiero.

- Jajaj si estas intentado hacerme olvidar que estoy enfada contigo déjame decirte que... -dijo empezando un juego que ellas ya conocían bien.

- Qué? – respondió desafiante Lauren. Esa pose le duraría poco. Se quedaron un momento mirándose fijamente a los ojos. Camila se levantó de su asiento y se acerco a Lauren de manera demasiado provocativa y sin romper el contacto visual.

- Dios! Quiere matarme! Mi corazón está a punto de estallar! Es tan... –pensó la pelinegra.

Camila se detuvo a unos escasos centímetros de su boca y... ya no pudo pensar más. Oyó el susurro proveniente de los labios de aquella jovencita que no le quitaba la vista de encima:

- Ya sé cómo me pondrás de buenas.

Y fue sobre los labios de Lauren sellándolos con un apasionado beso. Finalmente la pelinegra perdió la batalla al cerrar los ojos. Luego, sintió en su espalda un ligero golpe... el frió suelo de la cocina... y sobre ella un calor que ardía y se expandía sobre cada poro de su piel... una llamarada llamada Camila. De verdad perdió?

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora