cap 77

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Lauren podía sentir la delicada forma del vientre de Camila ahora que la tenía tan cerca. Podía sentir como este empezaba a abultarse y saber que aquello que crecía dentro era su bebé la llenaba de tanta alegría que a veces creía que iba a explotar de tanta felicidad. Pero a veces también se sentía aterrada. Sin contar las veces que no sabia si creer si el bebé era realmente suyo. Eran demasiados pensamientos. Se sentía como si todo a su alrededor girara gran velocidad. Los pensamientos pasaban mas rápido de lo que ella misma podía pensarlos. El corazón le empezaba a latir tan fuerte que podía sentir como la sangre llegaba a sus terminaciones nerviosas. Y de pronto todo se tranquilizo cuando sintió una cálida mano acariciándole la mejilla. Aun algo desorientada fijo la mirada en su esposa, en esos hermosos ojos.

- Te he dicho...lo hermosa...que eres? –acariciando con la palma de la mano la mejilla de Lauren.

- Camila... -asombrada.

- Eres tan hermosa –temblando al notar que su esposa no hacia nada por alejarse, al fin podía acariciarla.

- Por favor...no regresemos a lo mismo –mirando hacia otro lado.

- Esos ojos...esos ojos tuyos...ojala el bebé tuviera tus hermosos ojos –una lagrima resbalo por su mejilla al constatar que realmente deseaba eso para el bebé que estaban esperando.

Lauren no podía hacer nada, estaba como hipnotizada con la mirada tan devota que le estaba regalando Camila. Se veía tan hermosa y tan frágil que un deseo irrefrenable de protegerla la invadió. Pero solo segundos después sintió un arranque de voluntad y tomo el antebrazo de Camila con su mano en un intento por alejarla pero esta se acerco a ella y rodeando en un abrazo a su esposa estrecho el acercamiento.

- Nunca...nunca pensé...poder estar tan cerca de ti...ser tu esposa...Y ahora –su voz se quebró- que te tengo...que lo deseo...no puedo porque no quiero obligarte a nada...Te amo y te respeto tanto que... que no puedo pasar por encima de tus deseos...si no soy más quien te da felicidad...Lau...yo...déjame...intentarlo...déjame conquistarte por favor...te prometo que no te arrepentirás...por favor –y estrecho el abrazo.

- Mila yo...debo irme.

Y separándose con todo el dolor de su corazón dejo a Camila sola en aquel invernadero. Debía escapar porque de seguir un minuto mas al lado de su esposa correría el riesgo de volver a amarla y darle esa oportunidad que Camila le había pedido con tanta desesperación.

Camila se quedo mirando largo tiempo la puerta por la que Lauren había salido. Se llevo la mano al vientre y susurrando le hablo a la vida que llevaba dentro.

- Te juro que lo intento...Tu sabes que lo hago...pero es tan difícil...es tan difícil...y duele tanto cada vez que me rechaza. Pero no siempre fue así, no siempre créeme. Hubo una vez en que ella me amaba...Tienes una madre tan torpe que a pesar de tener el amor de esa maravillosa mujer...lo perdí de una forma tan tonta...pero te juro que haré lo imposible por recuperarlo. Seremos felices, seremos felices los tres...te lo prometo.

Mientras Lauren en el estudio parecía un león enjaulado dando vueltas de un lado para otro. No sabia que hacer. Habían momentos como aquel en los que el rechazo por Camila se hacia mas que evidente y otros en los que...no podía evitar estrecharla entre sus brazos y demostrarle cariño. No sabia que hacer. Si bien la idea de tener un hijo la hacia feliz, también sabia que implicancias tenía eso: por más que quisiera ahora no podría divorciarse de Camila. Y era precisamente aquello lo que más la hacia enfurecerse: Camila sabía perfectamente aquello y no dudaba que aquel era uno de los motivos por los cuales su esposa se había embarazado. Era obvio que Camila sospechaba lo de Krystina y pensó evidentemente que Lauren la dejaría tarde o temprano. Lo cual no era cierto ya que su amante no significaba nada más que un desfogue en su vida. Unos minutos de pasión y...Adiós! Hasta la próxima!

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora