Cap 4

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Al no encontrar a Camila por ninguna parte de su cuarto Lauren se preocupó. Acaso Camila había preferido irse sin decir nada porque se arrepentía? Vio al lugar donde le había dejado la nota y no la vio sino en el suelo con otros papeles más. Al acercarse a recogerla un fuerte viento entro y voló los demás papeles del escritorio. Entonces pensó que tal vez Camila no había leído la nota. Tomó las cosas que había comprado y se encaminó al cuarto de Camila.

- Seguro olvidó algo. Ay, Kate! Nunca cambiarás...

Tomo una toalla, se envolvió en ella y salió a abrir la puerta. Casi se le cae la toalla al ver quién era.

- Qué te... olvidaste...

Lauren no pudo decir nada de lo que venía ensayando mentalmente en el camino porque le basto ver a Camila en paños menores para que deseara empujarla, tumbarla en la cama y hacerle el amor hasta cansarse. Su blanca piel perlada por gotitas de agua pedía ser acariciada... Y las manos de Lauren morían por complacer a sus instintos.

- Te fuiste...

- Lauren... yo...

- Mmmmm... yo... Jugo de naranjas para desayunar?

Camila no entendió hasta que Lauren saco de la bolsa de papel una botella de jugo de naranjas sonriendo de una forma que tuvo que contenerse para no írsele encima. Entonces lo único que pudo hacer fue decir:

- Pasa, termino en un segundo.Y salió corriendo al baño, en el camino tomo algo de ropa y se metió inmediatamente. Lauren se quedó unos segundos en la puerta y después sonriéndose se dijo así misma:

- Ay, Lauren! No pierdes tus encantos.

Escucho mucho ruido en el cuarto que supuso el baño y siguió preparando el desayuno en una pequeña mesa que había ahí.Cuando Camila salió lo único que pudieron ver sus ojos fue a Lauren sentada al borde de la ventana mirando hacia el campus. Se veía hermosa, parecía... una diosa. Su cabello ondeaba al son del viento.Lauren al sentirse observada volvió su mirada hacia Camila y esta al verse descubierta sintió arder su rostro. Vio hacia otro lado y Lauren sonrió: hacia mucho que no veía a una chica sonrojarse ante su mirada. Camila era especial. Se acercó a ella y tomo su mandíbula con una mano, la hizo mirarla y le dijo:

- El pan se enfría.Camila asintió y se sentaron a desayunar. Quince minutos de silencio bastaron para que Lauren devorara el desayuno. Camila apenas podía pasar alimento teniendo la mirada de Lauren clavada en cada movimiento que hacía.

- Terminaste? – pregunto la mas baja.

- Eh? Si, ya termine – entonces se puso de pie para recoger la mesa pero Camila no lo permitió.

- Deja, me toca a mí.

- Ok.Camila boto todas las sobras y limpio la mesa. Cuando termino se sentó en su cama y dijo:

- Muchas gracias por todas las molestias Lauren. Estuvo delicioso.

Lauren solo pensó...Deliciosa eres tú.

- Eh... Sí. No te preocupes, en realidad... yo... quería... hablar contigo.

- Dime.

Lauren notaba que la mas baja no la miraba y tenía los ojos fijos en el suelo. Entonces se sentó junto a ella.

- Camz mírame.No podía, por más que quería no podía. Había pasado la mejor noche de su vida en brazos de la mujer que había amado por más de diez años en silencio pero...

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora