cap 17

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Durante todo el camino Lauren fue enseñándole a su novia cada sitio por el que pasaban y Camila cada vez se maravillaba más con el encanto de aquel lugar. Cuando llegaron a lago bajaron un momento:

- Es hermoso amor –dijo maravillada Camila a la vez que abrazaba a Lauren.

- Verdad que si –dándole un beso en la frente a Camila-. Tenemos acceso porque estamos colindando con el parque natural.

- Como así? Es casi imposible conseguir eso!

- Papá es un contribuyente fuerte para el orfanato del pueblo y del parque natural.

- Oh, entiendo.

- No quieres entrar?

- Jajaj sería perfecto pero no he traído nada para ponerme... -y viendo la sonrisa pervertida de su novia agregó- y me niego a nadar desnuda con la pervertida de mi novia aquí.

- Jajaj pero amor no hay nada que no haya visto antes.

- Y si viene alguien?

- En esta época no dejan entrar a turistas. Esta en mantenimiento.

- Entonces no debemos entrar.

- En mi tierra no está en mantenimiento.

- Lau!

- Vamos amor! Vamos a disfrutar!

- Está bien –con una gran sonrisa.

Y ambas corrieron hacia la orilla del lago mientras se desvestían rápidamente. Lauren al ser más veloz para la faena no espero y se arrojó al agua en cuanto se quedo como Dios la trajo al mundo. Camila estaba un poco atorada con los pasadores de los tennis pero una vez librada de toda vestimenta siguió a su novia quien la esperaba con los brazos abiertos. Jugar durante horas con en el agua, lejos de toda la civilización, y hacer el amor al aire libre fue toda una experiencia memorable para ambas.

- Tere se enfadará.

- Yo pienso lo mismo. No la conozco mucho pero pienso lo mismo que tu, amor.

Y al levantar la mirada hacia la puerta de la casa comprobaron sus sospechas:

- Como es posible niña Lauren?

- Pero Tere...

- Ya esta anocheciendo! Casi envió a Bob a buscarlas pensando que algo podría haberles sucedido!

- No nos sucedió nada Tere. Estamos bien... solo nos distrajimos mucho... y nos saltamos el almuerzo –siguió Lauren.

- Ay niña, no cambias, no cambias.

Y la anciana entro a la casa gritando:

- En quince minutos estará servida la cena.

- Será mejor apresurarnos Lau... no quiero despertar la furia de Tere...

- Si vamos.

Después de cenar bajo la atenta mirada de nana de Lauren, pues quería asegurarse que terminaran hasta el último bocado, se retiraron a su habitación luego de agradecer la maravillosa cena.

- Vaya con tu nana Lau.

- Si, es todo un caso.

- Jajaj seguro que de pequeña no te dejaba levantarte de la mesa hasta terminar toda tu cena.

- Exacto! Era una pesadilla! Gracias a Dios siempre he tenido el apetito que ya conoces tú.

- Jajaj habrá sido una ventaja.

- Si. Amor, hoy no saldremos si? Estoy muy cansada.

- Yo también. Será mejor dormir temprano.

- Jajaj mientras que la cama es una de mis opciones, dormir no lo es, amor.

- No te cansas no? –dijo riendo.

- No, nunca. Y tú?

- Menos! – y cayeron en la cama.

Al día siguiente Lauren le dio un tour por casi todo el pueblo a Camila en la mañana. Cuando llego la hora del almuerzo, se apresuraron a llegar a su casa pues querían evitar un enfrentamiento con Teresa.

A la noche ambas habían quedado en salir a un antro así que la tarde la pasaron juntas, tranquilas dando vueltas por el terreno y aprovechando la piscina que ni la habían visto en el tiempo que llevaban ahí.

Una vez listas para salir:

- Amor te ves hermosa!

- Lo mismo digo Lau. Creo que mejor nos quedamos.

- Jajaj después yo soy la pervertida. Aunque no es mala idea... -mirándose ambas provocativamente – pero no, hoy tengo ganas de bailar y tomar hasta quedar en la inconciencia –termino la pelinegra con una alegre sonrisa.

Camila le propino un pellizco y sonriendo ambas salieron rumbo al antro. El cual no era otro que The Orpheus, el cual es el más antiguo y más famoso antro del lugar. Desde que llegaron se prendieron con el agitado ambiente del lugar. Lauren era quien más entusiasmo le ponía al baile y Camila intentaba seguirle el paso con real éxito. Pero ya era cerca de las cuatro de la mañana cuando Lauren no podía moverse más rápido que al ritmo de una balada y Camila aún consciente y en sus cinco sentidos, aunque muy cansada, le pidió que se fueran.

- Te... divertizte... verdad... amor? –decía Lauren besando a Camila por todo el cuello y bajo la morbosa mirada del taxista.

- Si... amor, tranquila –respondía Camila intentando controlar a su novia.

- Mmm... no zabez cuanto... te... amo... Camila...

Toda aquella situación le hizo recordar a Camila aquella vez en la que Lauren y ella hicieron el amor por primera vez. Es más, cada vez que la pelinegra se ponía en aquel estado, temía que sucediera lo mismo. Fue un alivio cuando llegaron y pudo al fin llevar a Lauren hasta la habitación y dejarla en la cama. La desvistió dejándola en ropa interior y se acostó en iguales condiciones, cerrando los ojos poco después de cubrirlas a ambas. Lauren abrazo instintivamente a Camila y hasta el día siguiente al mediodía murieron para el universo.

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora