cap 88

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Lauren se sonrojo pero sonrió feliz. Luego recordó que Camila no debería estar siendo tan amable por ella. Pero lo aludió a la felicidad del momento que estaban viviendo...quizás mas tarde le hablaría un poco más seriamente. Pero pensaba disfrutar esos momentos.

- Si quieres iré a pedir que...

Fueron interrumpidas con un sonido de la puerta.

- Adelante –dijo Lauren.

- Como está la nueva mamá? –entró preguntando una enfermera.

- Bien...yo... –pero le fue imposible seguir hablando a Camila, cuando vio un bulto blanco en brazos de la enfermera– es...es mi nena? –sentándose lo mas rápido que pudo en la cama y apoyándose en el espaldar.

- Así es. Y déjeme decirle que esta muy hambrienta -sonriendo.

- Oh, Dios!

Camila sentía su corazón latir estrepitosamente en su pecho. Parecía querérsele salir. Y el ritmo aumentaba conforme la enfermera se acercaba cada vez más con su niña. Cuando la mujer de blanco puso en sus brazos a la niña, su corazón pareció detenerse y para ella todo a excepción de la niña y Lauren desapareció. Sintió el celestial peso de la pequeña en sus brazos y su corazón tomo un ritmo más razonable. Destapó a la niña de la manta que la envolvía, y pudo observar, al igual que Lauren la primera vez hizo, la magnitud de la creación. Una lágrima resbaló por su mejilla al darse cuenta que Lauren tenía razón: la niña era preciosa. Un ángel. Su angelito. Entonces dejo hablar a su corazón desde lo más profundo.

- Hola amor...soy tu mamá... -y su voz se entrecortó de la emoción.

Lauren sonrió enormemente al ver a la niña agitar su manito al parecer en busca de Camila, quien la tomó con su mano y la besó. La enfermera decidió darles su privacidad y se retiro diciendo:

- Regreso en una hora por la niña

- Si, claro –respondió Lauren.

- Permiso –y se fue.

Lauren se acerco a la cama y se sentó al lado de Camila, quien no retiraba la vista de su bebé.

- Tenías razón Lauren... –casi susurrando.

- Si? –preguntándose a cual de todas las cosas dichas se refería Camila.

- Es un ángel -sonriendo.

- Si.

- Tiene...tiene tus hermosos ojos...

- Ah, bueno...no es que yo parezca un ángel pero si...este pedacito de gente se parece a mí también jajaj.

- Si –fue un simple susurro.

- Te molesta?

- Era lo que yo quería –miro un segundo a su esposa.

- Eh?

- Le pedí a Richard que se pareciera lo más posible a ti.

- Camz...

- Lo siento...

- No! No tienes porque sentirlo...Hubiera hecho lo mismo si hubiera estado en tu lugar.

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora