cap 93

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De resto de aquel día solo recordaba cómo llegó a su casa y como en menos de media hora había empacado la ropa suficiente para que Sasha y ella pudieran sobrevivir unos días. No olvidó sus tarjetas, pero pensó inmediatamente podrían rastrearla cuando las usara, así que decidió pasar por el banco para retirar una fuerte cantidad de dinero. Le haría mucha falta, pensó.

La travesía hasta salir de la ciudad había pasado como en una nube, y ahora se encontraba en su segundo día de viaje. Sabía que en unas horas más llegaría a su destino.

- Solo un poco más y podré descansar. Me veo horrible –se dijo asimisma mirándose en el espejo retrovisor del auto.

Dos días durmiendo poco, manejando casi veinte horas diarias, atendiendo a Sasha y tratando de no perderse en sus pensamientos mientras sus manos estaban al volante...

Camila sentía que enloquecería. En que bendito momento se la había ocurrido irse en auto?

- En el momento en que sabias que necesitabas estar tan cansada como para no despertar durante varios días en cuanto lleguemos –se respondió ella misma.

Volvió a mirar por el espejo retrovisor para vigilar a su hija, quien alegremente jugaba con su muñeco favorito.

- Sasha, mi amor -la llamó Camila.

La pequeña se volvió a mirar a su mamá.

- Dha?

- Cómo estás, mi amor? -algo preocupada por su hija. Sentía haberla arrastrado con ella, pero no era capaz de abandonar de su hija, por muy mal que se sintiera. Así que la idea de dejarla con Lauren jamás cruzó por su mente.

La pequeña le sonrió a su mamá y logró que Camila también sonriera.

- Qué es lo que quiso decir con eso?

- Lo que escuchó, señora: no pudo hacer nada al respecto –terminó de decir aquel hombre uniformado, para luego volver la vista hacia su computador, aunque era claro que no estaba haciendo nada porque hace más de cinco minutos que ni siquiera cambiaba de página al documento que revisaba.

- Usted...!

Pero Lauren falló en el intento de írsele encima a aquel grandulón. Una fuerza superior a ella la había retenido en el suelo. Cuando se volvió a ver quien era la persona a la que golpearía, 

después de hacer pedazos a aquel oficial, se encontró cara a cara con Michael.

- Papá...

- Será mejor que calme a su hija, señor, se puede meter en problemas por falta de respeto a la autoridad –Lauren casi podía respirar el fastidio de aquel hombre al tratar con ella. Podía sentir claramente su desprecio por las personas que tenían preferencias por tener pareja de sus mismos sexos.

Michael clavó sus ojos en aquel hombre y con mirada paciente le respondió:

- La autoridad, en este caso, no hace el menor intento de infundir el respeto que está exigiendo hacia quienes hacen posible su subsistencia.

El hombre se quedo callado y cuando iba a replicar, apareció al parecer un hombre de cargo mayor.

- Que sucede oficial?

El mencionado sonrió de medio lado y lanzó su acusación.

- Los señores al parecer no han podido entender que en esta ocasión no podemos hacer mucho por ayudarlos –dijo con aire de suficiencia.

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora