cap 36

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Días sin saber porque hacía tal o cual cosa. Tan solo siguiendo la maldita rutina de llegar temprano al trabajo y salir muy tarde. Mantener la mente ocupada y evadir a David lo más posible. Preparándose para poder enfrentar lo que venía. Sabía que vería a Lauren tarde o temprano. Pertenecían al mismo círculo de gente así que era inevitable el encuentro.Se preguntaba cómo estaría la pelinegra. Ya la habría olvidado? Ya tendría alguien a su lado ocupando el lugar que ella había ostentado durante casi un año? Una lágrima rodó por su mejilla y se la limpio con el dorso de su mano rápidamente. Nadie debía saber. Nadie debía saber que la vida de Camila Cabello estaba destruida. Que había perdido a la niña de sus ojos. A la mujer que amaba y...

- Nadie te amará como yo Lau...mi amor...nadie te amará como yo...

Las lágrimas empañaron su vista y luego se deslizaron por sus mejillas. Tomó un pañuelo de papel de su tocador y trato de calmarse en los siguientes minutos. Faltaba menos de diez minutos para que David pasara por ella y juntos tendrían que ir a la fiesta que los Bogt ofrecían con ningún motivo. Un simple pretexto para gastar dinero. No quería ir pero David había insistido mucho e incluso se había puesto a amenazarla para que aceptara. Según él, la gente ya debería empezar a verlos juntos, así que no tuvo más remedio que aceptar.

Así, media hora más tarde David le abría la puerta del auto para poder entrar a la gran mansión. Entregó las llaves al encargado y del brazo con Camila entraron a la enorme residencia. Camila pensó, al ver toda la decoración, que definitivamente había gente a la que definitivamente le estorbaba el dinero.

Los periodistas la sacaron de su meditación hacia el decorado, pues no perdieron oportunidad y los estaban fotografiando.

- Pórtate bien, querida, que de todo esto depende que se me antoje o no ayudar a tu padre -susurró David.

Camila tomó aire y sonrió tan forzadamente que los músculos de la mandíbula le dolieron.Luego que llegaran al salón donde se desarrollaba la fiesta al fin puedo relajar los músculos de la cara.

Se la paso siguiendo a David de un lado para otro, sonriendo a gente que aún no conocía y a viejos conocidos. Estaba completamente cansada de esa situación y estaba a punto de rogarle a David que se retiren, solo dos horas después de haber llegado, cuando escucho un gran alboroto en la entrada. Dirigió su mirada hacia esta y supo a qué se debía.

Dios estaba bellísima! Con aquel vestido completamente ceñido a su cuerpo y sus deslumbrantes ojos estaba cautivando a las cámaras de todos los fotógrafos que habían asistido a la fiesta y todo aquel que pusiera sus ojos en ella. Camila se quedó completamente hipnotizada mirándola. Mi amor, pensó. Pero su ensoñación se vio interrumpida cuando noto que su niña iba del brazo de un hombre muy alto. Cuando lo vio a la cara tuvo que admitir que era muy bien parecido.

De la nada los vio acercándose y sucedió algo que le rompió el corazón. Frente a sus ojos Lauren y su acompañante estaban compartiendo un apasionado beso. Los flashes no se hicieron esperar.

Lo único que pudo hacer fue desviar su mirada y decirle a David que se iba a los servicios. David asintió y dejó ir a Camila. En parte la comprendía y no quería que nadie más vea cómo había afectado ese beso a su acompañante. Maldijo a Lauren porque una vez más comprobó que era la absoluta dueña del corazón de Camila.

Mientras Camila había prácticamente corrido hacia los baños. Entró con prisas y se encerró en un cubículo que estaba vació. En cuanto puso el seguro rompió en llanto.

- Oh, Dios mío! Era cierto...Dios mío! Era cierto... -susurraba.

Era completamente cierto lo que Lauren le había dicho. Ella solo había sido una más en su larga lista de conquistas. Una más de las muchas que vendrían. Y ahora ese beso que había visto se lo había comprobado. Dios, se le había partido el alma al ver a su niña besarse con otra persona. Se sentó en el inodoro cerrado e intentó calmarse. Minutos después, salía del baño, nuevamente maquillada y con las emociones bajo aparente calma. Vio a David y se le acercó, por fortuna estaba solo

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora