cap 89

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Tu, coleccionista de canciones

dame razones, para vivir.

Tú la dueña de mis sueños

quédate en ellos y hazme sentir.

Ninguna sabía que hacer. Casi al mismo tiempo giraron sus miradas hacia otro lado. Sumergidas en sus propios pensamientos. Todo era tan confuso. A una la conciencia la remordía hasta dolerle y la otra temía saber que toda la felicidad de hacia unos meses atrás fuera tan solo una mentira.

Y así en tu misterio poder descubrir

el sentimiento eterno.

Tú con la luna en la cabeza

el lugar en donde empieza

el motivo y la ilusión de mi existir.

Lauren se imaginaba el porque de la actitud de Camila y muy en el fondo aquello le provoco ternura. Sonrió, se acerco a la cama, se sentó al lado de su esposa, la rodeo con sus brazos, besó su cabello y le susurro al oído.

- Estas cansada, amor?

Tan solo tu, solamente quiero que seas tu

mi locura mi tranquilidad y mi delirio

mi compás y mi camino

solo tu, solamente quiero que seas tu

pongo en tus manos mi destino porque vivo

para estar siempre (siempre)

siempre siempre contigo amor

La ponía nerviosa tanto silencio y estando ya a punto de volverse, sintió a su esposa sentarse detrás de ella, rodearla con sus brazos, besar su cabello y susurrarle tiernamente al oído.- Estas cansada, amor?

Toda la tensión que la embargaba se esfumó, apoyo su mejilla en la de su amada y respondió.

- Mucho, pero estoy feliz.

- Yo también lo estoy –susurrando aún.

- De verdad?

- Si, mucho. Me has hecho mucho más feliz de lo que ya lo era, Camz. Mucho más feliz.

- Ahora que me lo dices me siento mucho más feliz, amor.

 Lauren sonrió y se acomodó de tal manera que ambos quedaron recostadas en la cama, mirándose y haciéndose mimos.

- Aunque estés toda sudada, sin una pizca de maquillaje y con un cansancio que se puede notar te ves hermosa, lo sabes?

- No, no lo sabía. Pero ahora lo sé –acariciando el rostro de su esposa.

- Será mejor que descanses. Más tarde regresaré –dándole un beso en la frente.

- No, no te vayas –abrazándola.

- Regresaré más tarde. Debo hacer unas cosas en casa y avisar a todos que ya estas bien. Todos te quieren ver. Tus padres y los míos están muy contentos con nuestra hija. Se mueren de ganas porque ya este en casa.

- Si.

- Y querían verte también. Tus padres estaban muy asustados...aunque no tanto como yo –las últimas palabras las dijo casi susurrando.

- De verdad?

- Claro son tus padres y te adoran.

- No, me refería a ti –con los ojos brillándole de emoción.

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora