Capítulo 2

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Carl
—Muy bien, cuando queráis decimos las reglas—dice Spencer ansiosa:
1) No se dejará nada por medio.
2) No se entrará en el cuarto de nadie.
3) Cada uno tendrá que hacer una tarea a diario.
4) Los turnos de ducha lo haremos por horarios.
5) Si a alguno se quedara o se le olvidan las llaves se les baja al buzón.
6) La basura la tira el último que tire algo en ella.
7) Menos el sábado o domingo cada uno tendrá su tabaque y turno para poner su lavadora.
8) Si nos traemos a alguien lo ponemos en un tablón de novedades.
9) Todas las noches revisamos la cerradura y la alarma(no queremos q alguno estampe el móvil de otro) — ríe Spencer y no puedo evitar soltar una risilla.
10) Quién esté en el salón el primero los demás se van a otro sitio, (por el tema del estudio)
11) Al día todos tendremos que hacer una tarea: lavavajillas, camas y barrer...
— Pues esto ya está, voy a ponerlas en la cocina— dice conforme va alejándose de nosotros.
—¿ Bueno… que estudiáis, perdona, tu nombre era? — dice con duda
— Llamame Carl. Y ella es Spencer. Estudiamos magisterio y enfermería ¿Y tú?
— Joseph, y estudio filología ¿De dónde sois?—pregunta con curiosidad.
—Madrid, ¿y tú, Joseph?
—Londres.
— ¿ Cómo es que te has venido aquí, a nada más ni nada menos que Nueva York?
— Pues necesitaba un cambio de aires, y me gustaba la idea. ¿Y vosotras? —pregunta, ansioso porque le responda.
— Pues nosotras algo así también. —respondo y me sorprendo ante mi rapidez.
— Bueno, me voy a ir a mi cuarto a instalarme, que traigo un maletón increíble— digo alejándome cada vez más del salón.
Voy desempaquetando la maleta: los pantalones y vestidos en las perchas, los zapatos en las tablas, las camisetas dobladas, los bolsos detrás de la puerta y los libros en la tabla y mesa de estudio. Pero veo que hay una puerta y ¡es un baño, para mí sola!, menos mal digo con entusiasmo.

A la mañana siguiente me levanto a las 8:00am sin darme cuenta.
— Oye, ¿cómo es que no te has despertado a tu hora de correr?— pregunta Spencer sorprendida.
— Me he quedado dormida, habría sido por el viaje— y de repente me encuentro mal.
— No tienes buena cara— me mira y al mismo tiempo me toma la temperatura.
— Estás bastante caliente, yo tengo que ir a comprar la comida, ¿quieres que me quede? ¿Te traigo algo del super?— pregunta Spencer preocupada.
— No tranqui, me quedo en casa, además tengo que terminar el libro que me estoy leyendo— digo con un poco de malestar.
— Yo me quedo si quieres, no me importa. — dice con tono amable. La verdad es que no me apetece mucho —no te preocupes de verdad
—De todos modos me tengo que quedar. — dice Joseph una sonrisa.
La mañana transcurre tranquila yo me quedo leyendo el libro mientras que él va tomando apuntes ¿me pregunto qué es lo que estará anotando durante tanto rato. Lleva así desde que se fue Spencer.
— Vale como no te lo pregunte voy a explotar ¿que es lo que estás escribiendo todo el rato?
— No pretendo ser un borde pero, no es asunto tuyo— dice y no puedo evitar quedarme con la boca abierta y los ojos como platos pero a la vez sonriendo porque la verdad no imaginaba que podía ser tan borde viniendo de él.
— Vaya perdona no sabía que te iba a molestar tanto.
— Pues no me ha molestado pero no me gusta mucho que la gente se meta en donde no le llaman— me contesta.  Me ha vuelto a sorprender y no puedo evitar volver a descojonarme por dentro.
—Y tú qué, ¿qué haces leyendo? —pregunta a modo de curiosidad.
— ¿Quieres saberlo?— le respondo queriendo saber hasta cuánto tiene de curiosidad
— Si, me gustaría—madre mía no sé cansa este chico
— Pues verás, no pretendo ser una borde pero... No es asunto tuyo, además, está en la tapa del libro así que puedes leerlo sin preguntarme— le contesto y se me queda mirando con una cara y mordiendo se la lengua y le sonrío con una sonrisa de  de las mías.
— ¿El gran Gatsby? Es un buen libro, pero me sorprende un poco que leas ese tipo, no te pegan la verdad— lo miro, quedándome también con una cara de póker.
—Y ¿que libros crees que son los que me pegan?
—Pues no sé la verdad de terror, o tal vez de suspense... Pero no sé, no te consideraba como una lectora de ese gusto.
—Pues tú tampoco tienes mucha pinta de leer la verdad—ataco.
— Pues sí lista leo mucho e igual que tú y algunos igual que los tuyos—dice con tono desafiante,—¿¡así!? dime algún ejemplo.
— Cumbres borrascosas o también leo mucho a Stephen King.— y no puedo evitar que me pique la curiosidad
—¿ Cuáles de Stephen King?, La verdad me gustaría leerme algo de  Stephen King, así que recomiéndame.
— El resplandor, Cujo o también Cementerio de animales a e It. Es de terror y a mí me encantó creo que a lo mejor a ti te podría gustar, a si y... — dice con un extasis increíble.
—Si vas a decir Cumbres Borrascosas ya me lo he leído, no te molestes—digo parándole los pies.
— Iba a decirte que a lo mejor El secreto de Marrowbone—dice dándome un bues zasca, pero voy a contraatacar
—No me puedes decir ese porque me lo he leído y es uno de mis libros favoritos.
— Pues también Agatha Christie  escribe muy bien no sé ¿te has visto la película Asesinato en el Orient Express? —pregunta con curiosidad —No
—Pues leételo te gustará más, aunque la película está muy bien hecha.
—¿Qué más me recomiendas a lo  mejor bajo la misma estrella u Orgullo y Prejuicio.
— Me lo he leído también y muy buena la película y me flipa el libro
—Me gusta mucho Harry Potter — y al oír la frase no puedo evitar descojonarme.
—Me he leído los 8 libros de Harry Potter también me he leído Animales fantásticos los dos de la edición especial he incluido el manual del Quiddich.
—No me lo creo— digo sin poder parar— el diario de Hogwarts y los cuentos de Beedle el Bardo— y no puedo evitar reírme junto con él, no por burlarme, sino porque yo también me los he leído y
—Da gusto tener a alguien que tiene gustos similares
— Pues si.
Y nos quedamos mirándonos los dos  uno enfrente del otro con un minuto de silencio o tal vez un rato no lo calculo. Cuando también se siente una paz increíble y ese momento desaparece cuando entra Spencer cargada de bolsas debla compra y nos sobresaltos los dos al mismo tiempo.

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