Capítulo 5

10 2 0
                                    

— No ha estado tan mal la clase. La verdad, me ha gustado el profesor— dice Brad— ¿qué tienes ahora?—pregunta Brad— Pues ahora es descanso, así que voy a desayunar, vente— le digo— no, creo que me voy a ir a mi habitación. Mañana nos vemos— dice despidiéndose de mi con un abrazo.
Así que me dirijo a la cafetería a por un plato con dos tortitas y me voy a la biblioteca a estudiar. De repente veo que hay un mensaje de Spencer diciendo que tiene que hablar conmigo, así que me dirijo a la habitación. Cuando entro, veo que tiene la misma ropa que lleveba en la fiesta.
— Esta bien, me pasé muchísimo y lo siento. No tenía ese derecho a decir tu secreto y sobre todo ese, lo siento y sé que estás en tu derecho a no perdonarme— dice, con la voz cabizbaja.
— Lo primero es que aprecio que te hayas disculpado, y creo que podré llegar a perdonarte, así que tranquila que no pasa nada. Y lo siento yo también— digo dirigiéndome a darle un abrazo y nos lo damos— por cierto, va a ser un poco incómoda la convivencia a partir de ahora... O eso creo— dice con tono de advertencia— ¿por qué va a serlo?— pregunto con duda.
— Porque estoy saliendo con Joseph— y no puedo evitar escupir el agua—¿¡¿¡Con Joseph, enserio?!?!— y me siento como si me hubiera bajado de una montaña rusa. —¿por qué te pones de esa manera?—pregunta Spencer dudosa.
—Nada. Solo que me ha sorprendido un poco, eso es todo. Y ¿co–como su-sucedió? —pregunto tartamudeando y a la vez me sorprendo de mi misma— Pues al parecer me buscó en la fiesta porque se lo contaste, que te consoló y ya en ese momento me consoló él a mi y estaba borracha, y ya nos enrollamos— me explica Spencer sonrojándose por la vergüenza—¿por qué estás mirándome así—me pregunta— Así como, de ninguna manera, algo normal—miento. No me puedo creer que se hayan acostado.
— Buenos días — anda que a las horas que llegan estos dos me dice Joseph: va vestido con una camiseta negra, unas zapatillas negras, junto con un pantalón vaquero.
— Buenos días, o más bien buenas tardes— digo con sarcasmo y  con unas ojeras horribles: llevo unas botas marrones con tacón, unos pitillos y un jersey a rayas corto con hombreras, además de una bufanda negra y verde.
— Vaya ojeras tienes, te levantas muy a lo panda, ¿verdad?— y no puede evitar reírse en mi cara.
— Ya, que gracioso estas hoy, ¿es que estas de humor después de haberte follado a mi mejor amiga?— y se queda boquiabierto de la sorpresa—¡¿sshh, cómo coño sabes eso?! —pregunta Joseph con nervios— bueno, no ha sido tan difícil, después de no pegar ojo, aquí tienes la prueba.— le digo con desdén—supongo que tienes razón — dice Joseph — ¿supones que la tengo? Por lo menos habérmelo dicho, porque la verdad, después de habernos besado es lo menos que me esperaba la verdad— le digo con frustración— ¿¡cuando si ni siquiera te he visto!? Además no creo que deba de importarte, tienes novio— me dice alborotado, y tengo que morderme la lengua cuando entra Spencer.
— ¿Pero qué os pasa a los dos? —pregunta Spencer— nada, que Joseph todavía no sabe que, que hay cosas que se deben de avisar, como que ha cambiado el té por el café— y me mira extranado— ¿y? —pregunta Spencer— pues que con lo organizada que soy, me pone de mal humor que no lo tenga en cuenta—se lo suelto de una manera demasiado directa— Es que la gente no se da cuenta de que las cosas se pueden cambiar de sitio aunque tengan uno—me suelta de sopetón.— Vale, mejor dejo de preguntar. ¿A dónde vamos a ir a cenar?— pregunta Spencer con ilusión— Pues la verdad, había pensado al bar este de aquí al lado—dice Joseph cabizbajo— Por mi perfecto. No nos esperes despierta,¿vale Car?— me dice Spencer como a una niña chica— no hace falta que me digas eso, no soy una niña pequeña. Alomejor se viene Justin aquí al piso,—y los dos se quedan boquiabiertos, de sorpresa—me había dicho que si se venia a pasar el fin de semana aquí y me ha parecido bien, ¿no os parece mal, no?—les pregunto, pero la verdad, es que me espero la respuesta de Spencer, la de Joseph menos— no, claro que no, a ti no te importa, ¿no Joseph?— pregunta inquisitiva Spencer— por supuesto que no, además tengo ganas de conocer a tu novio— dice Joseph, y le da un beso a Spencer— ya verás, te caerá bien, es muy bueno y súper amable— dice Spencer—eso ya lo veremos, bueno, luego nos vemos Spens— y la vuelve a besar. Estos si que no se cortan ni un poco— Adiós. —y se despide de nosotras— Me tiene en un sueño, es algo tan,tan, mágico, bueno, tu lo sabrás, tienes novio, así que... — dice Spencer ilusionada—claro— mentira. He sentido algo por Justin desde siempre, pero no llega a ser eso que dice Spencer, así que mi plan es que se venga este finde a ver si lo consigo.
La mañana ha ido muy bien: he conseguido terminarlo todo a tiempo, he tomado café con Brad y le he explicado sus dudas, lo que él necesita es una compañera de estudio, y esa soy yo, así que ya la tiene. Me decido ir a la casa a descansar, así que llego, me planto mi pijama y me pongo Netflix en la tele, estoy viendo mi serie favorita "Friends" después de verla millones de veces y no me canso. De repente oigo que la cerradura de la puesta se abre y ya han llegado, mierda: se oye que Spencer tira los tacones y ha cerrado la puerta de un portazo. Y ya seguirán a lo suyo, así que no me decido entre ponerme a leer un poco o a seguir con la serie, pero ya son las 10:00 de al noche, así que mejor me dispongo a dormirme. Y mientras me voy durmiendo, espero que dentro de estos días todo sea diferente a lo que lo han sido estos dos meses.

Irregular Donde viven las historias. Descúbrelo ahora