Sabela. Tárrega
María se rió del desenlace de su relato. Aunque sentía mucha vergüenza se terminó por descojonarse de su infantil actitud. ¿Por qué se había ido tan rápido? Pudo haberse quedado y deleitarse con aquella hermosura de chica.
- ¡Me jode que sea la novia de Carlos! No debería de fijarme en las parejas de los amigos...
- Cielo, la chispa del amor surge cuando menos te lo esperas. No atiende a razones y no lo puedes controlar.
- Lo sé. Pero es mi obligación frenar mis anhelos.- Inquirió tajante.
- Para empezar, no lo sabes si salen juntos. Has huido antes de qué te la presentara.- La eludida se ruborizo.- ¿Por qué te has fugado?
- No sé... Me ha entrado mucho miedo de repente. No quería ilusionarme, enamorarme como una condenada de ella. Sus ojos me comían entera. ¿Y si la he interpretado mal? Joder, es que nunca he salido con una chica y solo he tenido muchos amores platónicos.- Se sincero totalmente. Necesitaba desahogarse y comprender que le ocurría.- Ya sabes que siempre me corto mucho si estoy con alguien que me atrae.
- Deberías de mirarte con mis ojos. Eres una chica genial, hermosa, inteligente, divertida y buena persona. ¿Por qué te extraña que esa forastera le puedas atraer? Puede que al ser de otro sitio, quizás de ciudad, no tenga tantos remilgos. Ya sabes, la gente de aquí es muy cerrada.- Argumento sabiamente la rubia.- ¿A ver, qué es lo que realmente temes?
- Enamorarme más y que me rompa el corazón.- Dijo tras un largo silencio.- Me intuyó que está solo unos días y se largará. Me siento un ser insignificante, atrapada por mis obligaciones familiares.
- ¡Por favor, no los pongas de excusa! Te he dicho mil veces, que tu vida es solo tuya.- Le replico de forma severa.- Fue su deber educarte y cuidarte, por eso eligieron tenerte. Les debemos respeto y cariño. Pero como cualquier animal, llega un momento que debemos de volar del nido. No tenemos una bola que predice el futuro, perdería toda su gracia. Solo podemos influir en él modificando nuestro presente. Si te gusta, primero atrévete a conocerla y descubre si salen juntos. Luego, decides y deja que todo fluya.
- Grandes verdades.- Reconoció. Se abrazaron.- ¡Gracias por tus buenos consejos!
- No tengas pavor al amor, deja que entre en tu vida.- Le guiñó un ojo y le sonrió de forma picara.- Mira, te voy ayudar.- Saco su móvil y envió un mensaje a Carlos.
-¿Eh, que vas a hacer?- se le acerco, algo inquieta.
- No te alteres. Tu secreto está a salvo. Otra cosa, creo que realmente vivirás plenamente cuando salgas del armario.- Le saco la lengua. Le dio una colleja y dejo que siguiera escribiendo la misiva. Minutos después el chico le respondió y se lo leyó.- Estás de suerte Sabeliña. Dice: "No es mi novia. Es mi prima de Cádiz. Ha venido por la enfermedad del abuelo. Estará unos días por aquí."
- ¿Y desde cuando tienen una prima?- le pregunto extrañada. María, para saciar aquella duda, se lo pregunto a su madre.
- Sí la tienen, era la única hija del hermano mayor de su padre.
- ¡Ah vale! Ya me comento Miki que su Tío Jordi falleció cuando tenía dos años y no le conoció.- Sus ojos se volvieron a apagar.- ¡Ya ves, está de paso!
- ¿Sabeliña te doy una colleja?- su amiga se rio y le busco las cosquillas.- Realmente necesitas liarte con ella y perder todos tus miedos. No debemos de casarnos con la primera que se nos cruza por el camino.- La rubia y su teoría de las relaciones secuenciales.
- ¡Soy así, un corazón soñador!
- ¡Qué debe de espabilar, sino se te escapara el tren!- Se volvieron a abrazar.
La tractorista regreso tarde a casa. Se prometió que la próxima vez que viera la forastera no huiría. Se esforzaría a dirigirle la palabra.
Júlia. Preixana
El lunes resulto ser muy largo y cansino. Cena familiar. Saludar a su segundo primo, muy distinto a Carlos. Ayudar a recoger la mesa. Prepararse la cama. Despedirse de su familia. Curiosear un poco más la decoración y las fotos de los muebles del gran comedor. Recibir noticias del hospital no muy alentadoras. Le dejaron el alma en un puño. Se excuso y se cerró en su habitación. Por fin espacio para ella, sus pensamientos y anhelos. La chica que parasitaba su mente seguía siendo Sabela. La tractorista altiva y segura, que huyó de ella como si le hubiera dado un calambrazo. Sí, estaba totalmente segura, su comportamiento cambió al verla. ¿Cómo lo podía interpretar? Nada malo le había hecho, si ni habían hablado previamente. Sus limitados conocimientos sobre psicología le señalaban que no debía de precipitarse con sus juicios.
Llamó a su madre y le informó de todo. Aprobó su decisión. Le indico que si su ex suegro empeoraba, o fallecía que le informara. Acudiría de inmediato a darles sus condolencias. Seguidamente, se limito a contestar todos los mensajes que tenía acumulados. Opto por llamar a Dave para compartir sus sentimientos por aquella tractorista.
- ¡Ah, Julita que te has enamorado!- Ironizo para picarla.
- ¿Tú crees? Sí, solo nos hemos visto tres veces. La última me ha plantado... Ha huido de mí como la peste.- Era algo que la había afectado. Era mucho más sensible de lo que aparentaba.- Aunque, lo querría todo con ella y aceptaría todo lo que me eche.
- Eso es amor a primera vista, sin duda.- Hizo una pausa y prosiguió usando su voz más juguetona.- ¡Ah, que pasional puedes ser hija! Puede que la hayas asustado, cuando deseas algo siempre te lanzas directa.
- ¡No! Solo le he saludado... Eso sí, he sido incapaz de dejar de mirarla. ¡Es tan hermosa!
- ¡Ves, lo que digo, la has asustado! Hay que ser más discreta.- Le riño tiernamente.- Seguramente, debe de estar escondida dentro del tétrico armario.
- Seguro.- Admitió sintiéndose horrible por ello.- Es irresistible. ¿Dime, por favor, como me puedo contener?
- Quizás, lo más sensato es que descubras si le gustan las chicas. Ya verás que hallaras el momento más propicio por ello.- Le agradeció el consejo. Siempre conseguía alegrarla. Se despidieron. Se acostó, el día siguiente prometía ser muy intenso. Había quedado con Carlos para ir a ver al abuelo al hospital. Al final, lo ingresarían por mejor control de los síntomas de su enfermedad. Entonces se quedaría él y su madre se iría a descansar.
Aquella noche Júlia tuvo un lindo sueño, donde Sabela era su novia. Iba en su tractor, sentada en sus piernas. La llevó en un mirador y compartieron una bonita puesta de sol. Se besaban y robaban caricias. Le despertaron los primeros rayos de sol y con la miel en los labios. Ansiaba que aquel sueño se hiciera realidad.
Continuara...
*** Nota escritora***
Por ahora sigo, intentando aligerar más la historia. Siguiente capitulo: No muerdo... ¿Os sugiere algo? ¿Qué sucederá?
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Mi riquiña tractorista
FanfictionLos recuerdos son entidades caprichosas, no puedes fijar el día ni la hora exacta que conociste a aquella niña sin nombre. Júlia, sólo se acordaba de lo bien que lo paso jugando con ella en el parque y lo bonita que era. Fueron unas horas que le pa...