(22) Se me hace difícil estar lejos de ti (II)

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Sabela

Se maldijo haber aceptado la oferta de su mejor amigo. ¿Y si Júlia la malinterpretaba? Además, había ido al ensayo exclusivamente por ella. Si carita de pena no se le quitaba de la cabeza. Por eso, saco el móvil y le escribió un mensaje:

"Amoriño discúlpame si no me he marchado contigo, no he sabido decirle que no. Nos ha costado recuperar nuestra amistad y dudo que vuelva a ser como era antaño. Me entristece nuestra lejanía... L Por cierto, me ha encantado tu sorpresita. ¿Mañana empezamos las clases de inglés? Aunque prefiero escucharte y besarte que aprender... no me gusta este idioma. Ja, ja... Sera la excusa perfecta para vernos. Hasta más tarde. Luego te cuento. Un bico."

- ¿Estás bien Sabeliña?- Se intereso Joan, preocupado por la ausencia de su usual verborrea.

- Sí.- Respondió secamente. Bloqueo la pantalla del móvil y le sonrió.- ¿Por qué lo preguntas?

- Nada más salir del almacén te has puesto mustia. ¿Te incomoda estar a solas conmigo?

- No es eso. Solo estoy cansada.- Se justifico y desvió la mirada hacia el firmamento. Llegaron al pueblo y Joan se tomo la libertad de detenerse ante el viejo campo de fútbol. Parecía que no se creía su excusa.

- ¿Seguro?- Se volteo, obligándola a mantener el contacto visual.

- ¡Qué sí pesado!- Le saco la lengua. Se rio y la tensión disminuyo. Sus ojitos estaba algo apagados.- ¿Y tú, qué me cuentas? Presiento que necesitas desahogarte...

- ¿Por qué las relaciones son tan complicadas? ¡O soy yo que no entiendo el mundo femenino!- Se la quedo observado con absoluta devoción, como si evocara todos sus mejores momentos compartidos. Melancolía. Quedarse atrapado en arenas movedizas.- Tú y yo nos comprendíamos, era fácil interactuar.

- Cielo, cada persona es un mundo. ¿Cuándo hace que os conocéis?- Intento ayudarlo, asilenciando el nudo que se le había formado en el estomago. Se sentía muy impotente y culpable por su desdicha.

- De esa primavera y solo nos hemos visto una vez.- Levanto las cejas, admitiéndose que era poco tiempo para juzgar otra persona. No tuvo pereza en soltarle una dura revelación.- Te busco en ella y no la hallo.

- ¡Muy mal Joan! Las personas somos incomparables y tu novia merece que la ames por su forma de ser. Sí no lo logras, termina con la relación. Os dañaréis mutuamente. - Le regaño dulcemente. Enmudecieron. Él lloro como un niño, evitando el contacto visual. Ella dudo de si abrazarlo y compadecerlo. No se contuvo. Le afectaba verlo triste.

- Lo sé. Estoy confuso. Tampoco es que me desagrada. Simplemente, no sé si eso será suficiente para seguir juntos.- Admitió separándose de sus mimosos brazos. Se secó las últimas lágrimas. Su rostro sonrojado era adorable.

Anteriormente, hubo ocasiones, que se torturaba pensando porque no le atraía. Lo consideraba un hombre sensible y que no adoptaba el rol de macho alfa. En algún instante de desesperación extrema, frustrada por no encontrar pareja, estuvo tentada a aceptarlo como pareja sentimental. Mil veces se pregunto porque era tan difícil hallar novia. Había quién sólo buscaba sexo. Otras, que al saber que vivía en la provincia de Lleida desaparecían sin despedirse. A parte, la capital de Ponente carecía de asociación para ese colectivo, al menos cuando lo investigo a través de internet. Los locales de ocio brillaban por su ausencia. Asqueada y harta dejo de indagar. Tampoco ayudaba que estuviera aún dentro del closet.

- Sí te gusta, dale una oportunidad. Invítale a la feria Gastronómica.- Le acarició brevemente la espalda. Le agarro la mano para agradecerle su consuelo. Asintió con la cabeza.

Mi riquiña tractoristaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora