Júlia
Acepto quedarse a cenar a pesar de qué quería llamar a su novia, para indagar los motivos por su raro comportamiento. Le recordó la chica antipática del principio, que casi la enloqueció. Por más vueltas que le daba, más inquieta se sentía. Su niña interior la impulsaría ir a su casa para gritarle que era su pareja y que sólo quería ir con ella en la cena de comida afrodisiaca.
No evito mirar a la risueña amiga de Natalia, que parecía un pajarito feliz, no asfixiado por aquel mundo tan cerrado. Su corazón le chispeo tan fuerte que tuvo de ponerse la mano en el corazón. Aquella chiquilla era como un vendaval, con una verborrea que le estaba hartando. A parte, su uso excesivo diminutivos alteraba más sus nervios. Parecía que viviera en un mundo de yuppies. ¡Es que era tan ñoña! Sus primos se reían de sus particularidades y sus tíos se añadieron al jolgorio ambiental.
Seguía queriendo fugarse de aquella familia feliz y de las excentricidades de las invitadas. Natalia se le había puesto entre ceja y ceja que la tractorista les escondía algo. Joan se puso huraño y la interrogo. Alba refunfuño, sintiéndose celosa, le agarro fuerte del brazo obligándola a salir al jardín.
- Sabes, odio a Sabela. Estoy harta de la ex de Joan. La mejor novia y amiga. La más hermosa de las mujeres. Y solo veo a una chica insignificante. Le ha cambiado la cara nada más saber quién era yo.- Su confesión paralizo a Júlia. La valenciana se percato de qué sus palabras la habían trastornado. Se tapo los ojos, fingiendo compasión. Era cierto, tenía celos de la tractorista pero no en tanta magnitud. Era un alma libre y no pensaba comprometerse con nadie. Su filosofía era el hedonismo y luchaba por alcanzar sus anhelos. Le atrajo Joan des de que vio su foto de perfil en la web de contactos. No obstante, no estaba enamorada de él. El sentimiento era mutuo. Los dos sabían que su romance era veraniego. A pesar de todo ello Sabela era un grano en su culo.- ¿Crees qué estoy paranoica?
La pregunta era trampa. El silencio de la andaluza le indigno. Se suponía que su confesión la cabrearía, o la removería por dentro. Aún así, en excepción del leve cambio en sus preciosas facciones, permanecía inerte. Quizás, no había nada entre la pueblerina y ella.
- Creo que entre Sabela y Joan sigue existiendo algo.- Puntualizo no tolerando su mutismo. Intuía que en esa ocasión sí habría reacción a la bomba lanzada.
- Hace poco que he aterrizado a ese pueblo. Además, he tratado poco a Joan. Por favor, no me la líes porque las relaciones familiares por ahora son muy frágiles. - Logro decir Júlia con el semblante serio. Su respuesta coló. El germen de la duda ya se había instalado en su interior. Olía a mentira. ¿Pero quién era el estafador? Entendía a Alba, se sentía molesta por la presencia de su chica. Era obvio que su primo menor seguía babeando por ella. No obstante, jamás hubo nada entre ellos dos. ¿O sí?
Los misterios se amontonaban en su interior. El hecho que su relación siguiera siendo secreta, a pesar de que la chica ya había confesado a su padre su orientación sexual. ¿Por qué debía de seguir escondiendo sus lazos? ¿Por qué no podían acudir a la cena como novias? Sí, lo había aceptado por actuar correctamente. Por encima de todo deseaba su felicidad. ¿Y si el origen de sus inseguridades eran sus sentimientos? ¿La amaba realmente? ¿O quería a Joan?
- ¿Cómo consigues tener tanto temple? Para mí siempre serás la chica perfecta.- La alabo Alba, cambiando de táctica. La admiraba en cierto modo, aunque creía que la imperfección era la norma del universo. Lo que jamás le perdonaría era que no cayera rendida entre sus brazos. La Diosa del Olimpo que se le resistió durante toda su carrera. La seguía deseando tanto, que no se resignaría tan fácilmente a poseerla. Hallarla en aquel rincón del mundo era una buena señal.
- Es lo que hay. Sí un pozo esta vacio jamás sacarás agua de él.- Ironizó, intuyendo sus oscuros propósitos. El último año de carrera barajo opción de liarse con ella, pero el haberse reencontrado con su primer amor todo lo había cambiado.

ESTÁS LEYENDO
Mi riquiña tractorista
FanfictionLos recuerdos son entidades caprichosas, no puedes fijar el día ni la hora exacta que conociste a aquella niña sin nombre. Júlia, sólo se acordaba de lo bien que lo paso jugando con ella en el parque y lo bonita que era. Fueron unas horas que le pa...