TRUE LOVE YOONMIN

⚭Nuestro Matrimonio⚭

Jimin era un chico común, con una vida aparentemente perfecta al estar casado con el amor de su vida. Su relación con Yoongi había comenzado como un cuento de hadas, una hermosa historia llena de promesas y felicidad. Pero como sucede con todas las cosas, la perfección era solo una ilusión. Pronto, las grietas comenzaron a aparecer, y lo que una vez parecía eterno empezó a desmoronarse.

Yoongi, un exitoso empresario con una reputación intachable y un carisma arrollador, era admirado por todos. Sin embargo, en su corazón solo había espacio para una persona: su esposo, Park Jimin, su tierno y amado compañero de vida. A pesar de ese amor que tanto proclamaba, Yoongi no podía resistirse a la tentación de su seductora secretaria, Hyuna, una mujer cuya belleza y astucia la hacían irresistible, pero cuya presencia se convertía en un veneno que corrompía la relación entre ambos hombres.

Jimin se preguntaba, ¿acaso él no era suficiente? ¿Cómo podía el amor que Yoongi decía sentir por él coexistir con las infidelidades y las mentiras constantes? Yoongi siempre encontraba una excusa, llegaba tarde y, cuando era confrontado, lo hacía sentir culpable, acusándolo de estar paranoico o imaginando cosas. Jimin empezaba a sentirse más solo que nunca en su propio matrimonio, atrapado en una relación donde el amor se desvanecía en la oscuridad de las noches frías y solitarias.

Una noche en la que la luna brillaba con intensidad sobre la ciudad, Yoongi llegó exhausto a su departamento después de haberse entregado una vez más a los brazos de su secretaria. Quería descansar, despojarse de su culpa y simplemente dormir, pero se percató de algo que lo inquietó: Jimin no estaba. Recorrió cada habitación buscando a su esposo, pero no encontró ningún rastro de él. Las llaves de la camioneta de Jimin y su juego de llaves del departamento también habían desaparecido, lo que sugería que había salido.

Yoongi se sentó en el gran sillón de la sala, sintiendo por primera vez una punzada de preocupación. Las horas pasaron. Primero una, luego dos, hasta que el reloj marcó las 2:30 de la madrugada y no había señales de Jimin. La ausencia comenzaba a pesarle como nunca antes.

Era una tarde común, una tarde en la que la soledad se sentía más fuerte que de costumbre. A veces, me pregunto si vivo solo, porque aunque estoy casado, no parece que tenga a alguien a mi lado. Llevo dos años atrapado en este matrimonio, dos años casado con el que un día llamé el amor de mi vida, Min Yoongi, el tan aclamado presidente de "LMY". Qué ironía, ¿no? Todo eso de "amor" parece una burla en este punto.

Jimin estaba acostado boca arriba, contemplando el techo blanco y sin vida de su habitación. Su mente divagaba entre los recuerdos y los pensamientos oscuros que inundaban su corazón. Sabía que Yoongi no llegaría temprano, o tal vez no llegaría en absoluto, como solía hacer últimamente. Resignado, se levantó de la cama con una mezcla de frustración y tristeza, caminando hacia la ducha. Se quitó la ropa lentamente, dejando que el agua caliente de la tina le envolviera, intentando sin éxito lavar el peso de su angustia.

Después de un baño prolongado, Jimin salió, secándose con calma antes de dirigirse al armario. Buscó su pijama favorita, una adorable prenda con un conejito rosa que solía hacerle sonreír. Pero esa noche, al verla, algo cambió en él. Una idea se encendió en su mente, una idea tan clara que casi parecía una revelación. Si Yoongi no iba a llegar, ¿por qué debería él esperar más?

Con determinación, Jimin decidió que esa noche no sería como las otras. Sabía que Yoongi no llegaría, de eso estaba seguro. Pero esta vez, él también tenía un plan.