Las manos de Clarissa temblaban ligeramente mientras sostenía un ramo de rosas rojas, el aeropuerto de Nueva York estaba repleto de gente y eso hacía poner a la pelirroja más nerviosa, las personas caminaban de un lado a otro con apuro y algunas chocaban con ella sin pedir disculpas.
La ojiverde miró la hora en su teléfono, faltaban 30 minutos para que el avión en el que venía Isabelle aterrizara, media hora para que la vida de ambas cambiara, para bien o para mal. Clary debía ser realista.
Decidió tomar asiento en una esquina para no seguir estorbando el paso a los demás y suspiró, ya había contado hasta 100 mentalmente cinco veces pero aún así la ansiedad y los nervios no salían de su cuerpo por nada del mundo.
— ¡Mami!, esa chica tiene un ramo de rosas muy bonito — Clarissa llegó a escuchar con claridad como una niña de no más de 5 años gritaba y la apuntaba a ella, haciéndola sonrojar.
— Claro, cariño, de seguro está esperando a su novio. Una chica puede regalarle flores a su novio tranquilamente — la señora rubia que tomaba la mano de la niña respondió más Clary no dijo nada.
No dijo nada porque en parte la mujer tenía razón, una chica puede tener esos detalles con su novio pero la rubia se equivocaba en algo, ella no estaba esperando a su novio. Ella esperaba a Isabelle, a su mejor amiga, al amor de su vida, a la chica que estuvo con ella en las buenas y en las malas. La chica que siempre la hacía sonreír, la dueña de su corazón y de su mente.
Los altavoces anunciaron que un vuelo directo desde Londres acaba de llegar, Clarissa respiró profundamente y se levantó para acercarse a la entrada trasera del aeropuerto, no estaba segura si desear que Isabelle tardara en llegar hasta ella o que fuera rápida.
Muchos chicos y chicas entraron al lugar apurados, algunos encontraron a sus seres queridos rápidamente y otros no tanto, a Clary le costó encontrarlos pero lo vió a él y se tranquilizó.
Alec fruncia el ceño mientras arrastraba una gran maleta roja detrás de él, su frente brillaba levemente por culpa del sudor y Clarissa apostaría todo a que estaba de mal humor, aún así decidió acercarse a él.
— Uh, hola, Alec — Clary hizo una mueca al hablar parecida a una sonrisa de disculpas.
Alec levantó la vista y observó el ramo de flores para luego posarla en la pelirroja.
— Oh, Clary — fue lo único que Alexander pronunció antes de soltar su maleta y envolver a la chica en un abrazo — lo siento.
— ¿Qué? — Clarissa susurró mientras se separaba de Alec con confusión.
— Isabelle decidió quedarse en Londres.
fin.
falta el epílogo todavía así que no me maten.
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BIG GIRLS, clizzy.
Fanfiction"Las chicas grandes lloran cuando sus corazones se están rompiendo." ( the mortal instrument fanfic ) ( clarissa fairchild x isabelle lightwood ) ( alternative universe ) lunesclub© 2018