epílogo.

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Había pasado un mes de aquel día en el que Isabelle había decidido dejar todo atrás, empezar de cero en otro lugar para el bien de si misma.

Ahora, luego de cuatro semanas, se había dado cuenta de que hay cosas que no se pueden dejar atrás, como por ejemplo: los sentimientos.

— Entonces, ¿estás segura de esto? — habló Michelle, la única amiga que Isabelle pudo hacer en este corto tiempo.

Isabelle miró la maleta que estaba en el suelo y luego a la castaña.

— Sí, algún día tenía que volver, mi madre va a matarme cuando se entere de que dejé la universidad por quedarme aquí.

— Dame su número de teléfono y hablaré con ella — Michelle rió.

— No, está bien — Izzy sonrió mientras tomaba la manija de su maleta —, de todas formas me lo merezco.

La castaña negó con la cabeza de forma divertida y le dió una palmada en el hombro a Isabelle de forma amistosa.

— Vamos, te llevaré al aeropuerto de camino al trabajo.

(...)

De nuevo en New York lo primero que hizo Isabelle fue ir a la casa de Alec, no le había avisado que volvería ese día así que fue toda una sorpresa para el chico de ojos azules verla parada en su puerta con una sonrisa y una caja de bombones londinenses. Luego de que Alexander la dejara pasar y la pusiera al tanto del planeamiento de la boda que sería en unos meses, Isabelle decidió despedirse diciendo que probablemente mañana volvería ya que tenía cosas que hacer, Alec supuso de qué estaba hablando su hermana y asintió sin cuestionar.

Actualmente Isabelle se encontraba en un taxi, yendo al departamento de Clarissa y Kelsey, luego de haberle avisado a Michelle de que había llegado sana y salva del otro lado del mar, se encargó de enviarle un mensaje de texto a la rubia para preguntar del paradero de Clary, la chica de ojos azules contestó que probablemente la pelirroja se encontraba en casa, ya que últimamente salía muy poco y eso rompió levemente (más en realidad) el corazón de Isabelle.

Una vez que había llegado al edificio, luego de pagar por su viaje al conductor, se adentró y subió el ascensor que gracias a dios estaba vacío dirigiéndose hasta el lugar donde estaría el amor de su vida, y con suerte estaría esperándola.
Llegó al piso indicado y caminó con nerviosismo hasta la puerta donde correspondía, tocó esta dos veces, esperó que la abrieran mordiéndose el labio y rascando su nuca en señal de ansiedad.

— No entiendo cómo puede gustarte el ... — Clary hablaba mientras abría la puerta, calló al ver a Isabelle detrás de esta.

— Um, hola — Isabelle sonrió levemente mientras pasaba su peso de un pie al otro.

Clary la miró con asombro y abrió la boca para responder pero una voz desde adentro la interrumpió.

— Tú dices eso porque no lo has probado — habló la rubia acercándose a la puerta, sonrió cuando miro a Izzy —, hola.

Isabelle hizo una mueca parecida a una sonrisa y asintió, para luego posar su vista sobre Clary otra vez.

— Veo que estás ocupada, ya dejo de molestarte, ten un lindo día.

La pelinegra dió media vuelta y caminó hasta el ascensor arrastrando los pies con pesadez.

— Ya vuelvo, Grace — Clarissa pronunció antes de correr detrás de Isabelle.

Al llegar a su lado, la tomó de los hombros para girarla y aplastar sus labios con los de chica de ojos oscuros. Isabelle tardó unos segundos en reaccionar y le devolvió el beso con dulzura, las manos de Clary se encontraban en el rostro de Isabelle mientras que ella no se había movido para nada, la falta de aire las hizo separar pero Clary no se alejó más de lo que debía.

— Por favor, no te vayas — susurró sobre los labios de la pelinegra.

— Tú, tú estás con ella — Isabelle contestó, sus ojos estaban brillantes por las lágrimas contenidas.

— No, no pienses mal, mi amor — Clary sonrió —, ella es Grace, la prima de Kelsey y la está esperando, así como yo estaba esperando que volvieras tú.

Isabelle sonrió mientras acariciaba la mejilla de la pelirroja con timidez.

— Perdóname por no haber vuelto, yo, tuve que tomarme un tiempo para pensar todo y —

— No, si alguien tiene que pedir perdón aquí soy yo, Izzy — Clary la interrumpió —, por pensar en el qué dirán o ayudar a los demás me olvidé de tí y de lo que yo verdaderamente quería. Por favor, perdóname.

La chica de ojos negros asintió y abrazó a la mayor con fuerza, este mes había sido determinante para ella ya que gracias a Michelle y el tiempo lejos de casa le había ayudado a darse cuenta de que ese era el lugar donde quería y debía estar, al lado de Clary y que no importaba lo que sucedió hace un tiempo si querían estar juntas porque si Clary le pedía que se quedara con ella, lo haría sin pensarlo dos veces, porque después de todo las chicas grandes lloran cuando sus corazones se están rompiendo y no se arrepentía de haber llorado por el amor de su vida porque gracias a eso hoy estaban juntas.



si tienen alguna duda, ya sea de la historia o de cualquier cosa pueden dejarla en los comentarios y con gusto se las respondo.

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