Capítulo 57

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¡Ya estoy de vuelta!

Si... lo sé, me he tirado como ¿tres semanas? sin aparecer, pero como ya sabéis muchas ¡Me he casao! xD y a finales de este mes vuelvo a celebrarlo... así que no os enfadéis mucho que ya me ha castigado el señor con una contractura en el hombro que duele horrores xD

En fin, no os entretengo más y os dejo con el capitulo.

Pd: Toda la semana que viene habrá capítulo, intentaré adelantar para que no os quedéis sin actualizaciones mas tiempo, aunque sean dos o tres semanales que tengo ganas de acabar esta historia y que conozcais el apoteósico final.

Por cierto, eso me recuerda que...

¡¡¡EL 26 DE SEPTIEMBRE SALE A LA VENTA DE PLEBEYA A PRINCESA!!!

Con final, epílogo y cosas jugosaaaaaaaasssssssss que no os puedo contar si no lo leéis xD

Estará a la venta en Amazon tanto en físico como digital al igual que todos mis otros libros.

Entreabrí los ojos y estiré el brazo instintivamente buscando ese cuerpo lleno de vida que debía estar a mi lado, solo que en su lugar encontré el hueco vacío y frío que había dejado

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Entreabrí los ojos y estiré el brazo instintivamente buscando ese cuerpo lleno de vida que debía estar a mi lado, solo que en su lugar encontré el hueco vacío y frío que había dejado. ¿Dónde estaba Celeste? Me alcé repentinamente y abrí la puerta de aquella habitación completamente agitado, hasta que las voces provenientes del piso inferior me dieron a entender que había invitados en aquella casa y que salir desnudo no debía ser una buena presentación.

Con una ducha veloz vistiéndome con lo primero que saqué del macuto que no llamase demasiado la atención y al mismo tiempo no fuera ni muy formal ni demasiado informal, bajé las escaleras que conducían desde el salón principal de la casa hasta esa buhardilla y vislumbré un grupo considerable de mujeres que parecían hablar entre sí.

—¿Buenos días? —mencioné sin saber exactamente que decir porque en ese momento no supe si estaba interrumpiendo alguna reunión familiar privada o si sencillamente estaban allí de forma habitual.

En medio de aquel circulo pude ver a esa diosa de ojos celestes aún en camisón de dormir y lo cierto es que el resto de presentes se perdieron en mi campo de visión mientras mis pasos se dirigían hacia ella. De pronto recordé que tenía la excusa perfecta para poder besarla delante de todos los presentes, ¿No había sido ella misma quien me había pedido que interpretara el papel de loco enamorado? Mis labios no pudieron evitar curvarse en una sonrisa mientras me regodeaba ante la increíble sensación de poder hacer de propia voluntad lo que ella pensaba que solo interpretaba.

—No estabas cuando desperté —mencioné en un tono tan bajo y suave que supuse que nadie más podría escucharme, aunque de hacerlo, no creía que muchos miembros de la familia de Celeste hablaran nuestro idioma teniendo en cuenta que sus propios padres o hermana no lo hacían. Cogí su mano llevándola dulcemente a mis labios para darle un beso en el interior de su muñeca y podía percibir como todas las miradas de aquellas mujeres que nos rodeaban se cernían en nosotros, tal vez eso me incitaba a continuar acechándola de aquel modo, más aún cuando pude percibir el suave rubor en sus mejillas. Fue entonces cuando rodeé su cintura con el brazo para acercarla a mi y aunque deseaba que sus labios fueran míos mientras sentía que los rozaba, no quise abochornarla aún más, pero iba a dejarle lo suficientemente claro que no me gustaba despertar solo cuando ella dormía a mi lado—. Y no me gusta que no estés en mi cama... menos aun cuando despierto.

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