Capítulo 30

104K 12.5K 1.1K
                                    

Amorsitos floriles! Per favor, no me preguntéis cuantos capítulos tendrá Memorias del príncipe perfecto porque es que... ¡Ni yo lo sé! hahahahaha

Bueno... como más de una se quejó de que eran cortos, pues ea... ahí va uno bien larguito!

 ahí va uno bien larguito!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No podía dormir. Por más que había intentado adelantar trabajo hasta cansarme, no podía dejar de pensar en apartar aquellos informes y dirigirme hacia la torre de astronomía donde sabía perfectamente que ella se encontraba junto a mi hermana. Aún así frene mis ansias y traté de dormir, solo que técnicamente mi mente no quería hacer caso a mi cuerpo cansado.

Cogí el teléfono visualizando que ya había pasado de largo la una de la madrugada, por lo que gruñí sabiendo que dormiría más bien poco aquella noche y encendí de nuevo la mesilla de la lámpara de noche para ver si finalmente leyendo agotaba mi mente hasta dormirme.

No llevaba más de unos minutos leyendo cuando escuché el sonido del teléfono y me di cuenta que no estaba en silencio. Lo miré buscando alguna distracción para comprobar que precisamente, el mensaje que había recibido era la causa de mis desvelos.

¿Trataría de quedar conmigo a solas?, ¿Finalmente me diría algo por un mensaje de texto?

Debía reconocer que había sido algo distante con ella a pesar de que lo había camuflado todo con trabajo, algo que no era del todo incierto, pero tarde o temprano tendría que tratar el tema, estar a solas y dejar que fuese ella misma quien lo dijera, así que abrí el mensaje devorando ávidamente el texto.

Celeste

«No hemos podido hablar del fin de semana, imagino que estás muy ocupado. ¿Está todo bien?, ¿Sigue en pie que me acompañes a la boda?»

¿Si estaba todo bien? No. Nada estaba bien, pero se suponía que yo no debía saber absolutamente nada sobre su estado, por lo que en cierta forma me sentía extraño tratando de ocultarlo. Por otro lado casi se me había olvidado el asunto de la boda desde que mi madre me había soltado aquella bomba. Prácticamente había ansiado ese fin de semanas sabiendo que así estaría a solas con Celeste y ahora sencillamente se me hacía un mundo saber que durante todo el tiempo debería contenerme.

A pesar de todo, aunque Celeste fuese o no una oportunista como lo fueron otras chicas del pasado con las que había mantenido una relación, lo cierto es que ella estaba en palacio y su mera presencia me había hecho un enorme y gigantesco favor, por lo que no era quien para oponerme a ese viaje, menos aún cuando me había comprometido personalmente a hacerlo y yo jamás incumplía mis promesas, así que le contesté rápidamente.

Bohdan

Tengo mucho trabajo.

Te prometí que te acompañaría y eso haré.

El Príncipe Perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora