10-Los asquerosos leones💚Draco Malfoy

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Finjo leer un libro sobre la tarea de encantamientos sentada junto a Luna en la biblioteca. Estoy haciendo las tareas con ella porque es la única que no me pregunta por mis ojeras o por mi humor tan pésimo. Además, así la ayudo con sus tareas, ya que ya las hice el año pasado.
- Casiophea – Susurra Luna después de veinte minutos trabajando en silencio, levanto la mirada y veo como Luna dibuja algo extraño en mis apuntes, sonrío y hago lo mismo en los suyos, haciendo que la sonrisa de la pequeña Ravenclaw sea enorme – Es lindo tener una amiga, gracias.
- No hace falta que me des las gracias en cada ocasión por ser amigas, Luna – Susurro de vuelta volviendo a escribir en mi pergamino – Además, ya sabes que puedes llamarme Cassie.
- Gracias, pero tienes un nombre bonito, quiero usarlo – Dice sin dejar de escribir cosas extrañas sobre nargles de cuerno arrugado – No entiendo una cosa.
- ¿Qué necesitas que te explique? Ya sé que pociones es complicado por Snape.
- No es sobre mi tarea, ya la he terminado. No entiendo por qué estás en Slytherin – Dice mirándome con sus enormes ojos fijos en los míos.
- El sombrero me puso ahí – Respondo encogiéndome de hombros divertida, no es la primera persona que me ha preguntado eso mismo – Tal vez porque no soy inteligente cual Ravenclaw, valiente como un Gryffindor o trabajadora como los Hufflepuff.
- Para mi si eres todo eso, lo que no eres, es ambiciosa, nunca te he visto así – Dice Luna recogiendo sus cosas, ya que la señora Pince nos está haciendo una seña de que es la hora de cerrar.
- Vaya Luna, gracias – Digo con un sonrojo evidente en mis mejillas – Me has alegrado el día.
Luna sonríe y caminamos hacia el Gran Comedor para cenar juntas en un silencio bastante cómodo, sobre todo al verla tan feliz mirando hacia el techo, como si hubiera criaturas flotando en el aire.
Pero, cuando llegamos a las puertas del Gran Comedor que aún no se han abierto, mi corazón se vuelve a romper en tan solo dos días al ver a Parkinson abrazando a Draco como si fuesen pareja.
Cuando Draco está a punto de verme llorar como una estúpida por él, Luna atrapa la lágrima que se escurría por mi mejilla con su típica sonrisa soñadora.
- Espero que haya pudin – Dice Luna cuando me logro controlar, haciendo que una pequeña carcajada se escape de mis labios sin querer.
- Eres la mejor, ¿lo sabías? – La pregunto pasando un brazo por sus hombros justo cuando las puertas se abren, dejando que los numerosos alumnos nos adentremos a cenar. Pero una mano me agarra y me lleva hacia la mesa de los Gryffindor – ¡Adiós Luna! Déjame Hermione, no quiero sentarme en tu mesa.
- Ya, pero esto es lo que ocurre cuando llevas dos días ignorándome – Dice sin soltarme hasta que mis rodillas chocan contra el banco de los leones, justo entre Ron y Harry. Frunzo el ceño y me cruzo de brazos, sopesando en cuanto tiempo puedo llegar a la puerta y esconderme en mi cuarto – Ni lo pienses, porque soy capaz de lanzarte un maleficio aquí mismo.
- Bien – Gruño sentándome entre los leones, teniendo enfrente de mí a la castaña pesada – Solo quería irme a mi mesa.
- ¿Qué te pasa, Cass? – Pregunta Ron con la boca llena – Te ves horrible con esas ojer¡AUCH, HERMIONE! ¿Por qué demonios me golpeas la espinilla?
- Ronald, cállate – Dice Hermione señalándome con la mirada "sin que me dé cuenta" – No es cierto, Cassie, te ves igual de guapa que siempre.
- ¿Te han vuelto a molestar por juntarte con otras casas? – Pregunta Harry señalando a un grupo de sexto bastante molesto, pero no, mi problema está en cierto Malfoy – ¿Entonces por qué te escondes en la biblioteca con Luna?
- No me escondo en la biblioteca... Solo tenía demasiadas tareas pendientes – Digo encogiéndome de hombros y sirviéndome un buen plato de crema de calabacín, ignorando la conversación silenciosa entre el trio dorado.
- La verdad pensábamos en que ya no querías ser nuestra amiga, no desde que sales con el hurón y él, siendo bastante celoso... – Dice Hermione después de unos minutos en silencio, pero cuando ve que mis ojos se humedecen más de la cuenta, abre la boca con sorpresa – Lo siento, no sabía...
Harry pasa torpemente su brazo por mis hombros y me abraza con fuerza, haciéndome saber que está ahí para mí. Sonrío cuando veo que Ron intenta hacer lo mismo, pero es tan torpe que vuelca su vaso y su cara se torna del mismo color que su pelo.
Ruedo los ojos antes la torpeza de mi amigo y beso su mejilla antes de arreglar el vaso – ¡Reparo! – Digo junto a un movimiento de varita. Ron se sonroja muchísimo más y se centra en su comida apenas le doy el beso – Gracias por apoyarme chicos, y yo nunca dejaré de ser vuestra amiga, maldita sea, llevo cinco años aguantando castigos por vosotros, así que, no dudéis de nuestra amistad. Me voy a dormir, buenas noches leones.
- Buenas noches, dulce serpiente – Dice Hermione con una sonrisa brillante, y sé que ha sido por mis palabras. Dejo un beso en la mejilla de Harry me encamino hacia la salida mientras observo como los demás alumnos cenan ajenos al dolor que siento desde la estúpida pelea con cierto rubio.
Flashback
Después de haber pasado todo el día en la cabaña de Hagrid ayudándole junto al trio dorado con unas criaturas enfermas, entro en mi sala común con la túnica llena de barro, pero con una sonrisa feliz por haber pasado una tarde genial.
- ¿Pero tu eres una Slytherin? – Pregunta Draco desde el sillón más cercano a la entrada. Está cruzado de brazos y tiene el ceño fruncido – No sé, Casiophea, pareces una asquerosa Gryffindor, y mi novia no puede ser una leona.
- Draco, ¿qué te pasa? – Pregunto observando como se levanta y pasea por la sala común, echando a todo el mundo que intenta entrar a ella – Solo estaba ayudando a Hagrid con unos escregutos que no querían comer... Y nos pidió a Hermione, Ronald y Harry que...
- San Potter... Como no – Gruñe Draco cerrando los ojos con fuerza. Pasea de nuevo por la sala común hasta que da un golpe a una mesa cercana.
- Draco...
- Tú eres mi novia, Casiophea. Llevamos juntos casi dos años, pero parece que prefieres estar más con los asquerosos leones que conmigo. Deberías quererme como yo lo hago contigo – Dice apoyando las manos en la mesa que antes ha golpeado y suspira – No sabes la de veces que te he salvado de insultos o castigos, sobre todo con Umbridge. Aunque, ahora que lo pienso, por eso estás conmigo, ¿verdad?
- ¿Qué estás diciendo? – Pregunto con el ceño fruncido, sabiendo bien quien le ha metido esa idea en la cabeza – Yo estoy contigo porque te quiero.
- ¡No me mientas! Sales conmigo por interés, como todo el mundo – Exclama antes de lanzar un libro contra la pared – No eres más que otra asquerosa traidora de la sangre que busca el favor de los Malfoy.
- Eso no es verdad – Replico con lágrimas en los ojos – Yo te quiero, y mucho. Llevo contigo dos años, los mejores de mi vida. Y estaría contigo, aunque fueses de otra casa, muggle o pobre.
- Vete con San Potter – Dice Draco con el ceño fruncido, evitando mi mirada – Pero aléjate de mí. No... No quiero que sigamos siendo novios, te dejo.
Fin flashback
Limpio las lágrimas con las mangas de la túnica justo cuando llego a la puerta de la sala común, y tras decir "Salazar, el grande", entro en ella dispuesta a ir a las habitaciones, pero alguien me agarra del brazo, y al girarme, veo a Crabbe con una hoja de pergamino en la mano.
- Para ti – Dice con su voz grave antes de irse fuera de la sala de nuevo. Abro el pergamino y reconozco al instante la letra de Draco, aunque solo sean tres palabras:
Torre de astronomía.
Suspiro con cansancio, pero salgo de la sala común y camino hacia la torre, pensando en que cosas horribles va a decirme en esta ocasión Draco, solo espero que sea rápido.
Al llegar, veo que Draco está apoyado en la barandilla mirando hacia el bosque prohibido, dándome la espalda. Carraspeo para hacerle saber que he llegado, pero solo gira un poco su cara para verme de lado y me ofrece su mano, la cual, al agarrarla, me arrastra hacia él.
Me hace colocarme en la postura en la que estaba él, y apoya su pecho en mi espalda, apoyando su frente en mi hombro.
- Lo siento mucho, Cass – Susurra con la voz rota – No me odies, no te alejes. Vuelve conmigo, por favor. No pienso realmente nada de lo que te dije, solo estaba celoso porque habías pasado de mí ese día por irte con esos... Pero nunca he pensado o creído lo que te dije, solo quería herirte.
Me mantengo en silencio mientras observo las estrellas sobre el bosque, pensando en sus palabras, pero no sé que decir ahora mismo. He estado fatal estos dos días sin haber podido dormir bien o sin haber podido comer mucho.
- Di algo, por favor, Casiophea – Dice Draco con la voz rota, sonando a que está llorando, pero Draco Malfoy nunca llora – Yo te amo, eres lo único feliz que tengo en mi vida.
Cuando me gira, haciendo que nuestros rostros se enfrenten, veo que sí, Draco está llorando silenciosamente. Y ahora que me fijo mejor en él, también tiene unas horribles ojeras bajo sus hermosos ojos grises. Acaricio suavemente su mejilla, limpiando sus lágrimas antes de dejar un beso sobre ella.
- Te quiero mucho, Draco – Susurro con una pequeña sonrisa – Te lo dije el otro día, y desde ese momento a ahora, mis sentimientos siguen sin cambiar.
- ¿Me perdonas? Por favor, di que sí, vuelve conmigo. Soy un idiota enorme, pero un idiota que daría todo lo que tiene por tenerte a su lado por el resto de sus días – Susurra con el brillo de la esperanza en sus ojos. Sonrío ampliamente y me pongo de puntillas para alcanzar sus labios, pero atrapa los míos a medio camino y sonríe contra ellos – Como te he echado de menos, Cass.
- Y yo a ti. Mucho – Digo antes de abrazarlo por el estómago mientras el lo hace por mis hombros – Como vuelvas a dejarme o a acercarte de más a Parkinson, te meteré la varita por el culo.
- Tranquila, no tendrás que sacrificar así tu varita – Dice divertido antes de darme un casto beso en los labios – Ahora vámonos ya o tendré que quitarnos puntos.
- Vale, pero que sepas que usaría tu varita, no la mía – Digo agarrando la mano que me ofrece mientras caminamos de vuelta a nuestra sala común.

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