Harry Potter one shots

67-Fred Weasley

CONTENIDO SEXUAL EXPLÍCITO

Abro los ojos al notar pequeños besos sobre mi estómago, y cuando bajo mi mirada, veo una maraña de cabello rojizo y unos brillantes ojos mirándome con amor. Sonrío mientras Fred hace un camino de pequeños besos hacia mi boca, y tengo sobre mí un Weasley enorme y precioso.

-Buenos días. -Canturrea Fred dejando caer pequeños besos sobre mis mejillas, mi frente y mis labios. -¿Cómo has dormido, mi preciosa esposa?-.

Amplío mi sonrisa y coloco mis brazos sobre sus hombros para atraerlo más a mi cuerpo, Fred mete sus manos debajo de mi camiseta de pijama, aunque en realidad es suya, pero prácticamente me ha adueñé hace tiempo. Sus manos acarician suavemente mi cuerpo antes de permitirle quitar la camiseta, dejándome vistiendo solamente unas bragas. Fred muerde suavemente mi pecho derecho y luego lame el pezón suavemente.

-¿Hoy te has levantado juguetón? -Pregunto al ver la forma hambrienta con la cual está mordiendo, besando y marcando mi cuerpo. -Por las barbas de Merlín, fue tu hermano quien se convirtió en hombre lobo, Freddie-.

-Pero teniéndote a ti, en nuestra cama, a mi disposición, digo yo que puedo comerte entera, ¿no? Sobre todo por la noticia que me diste ayer. -Dice Fred antes de darnos la vuelta y así poder sentarme sobre su regazo, teniendo su erección entre mis nalgas, viéndole mover su cintura para crear una deliciosa fricción. -En cuanto se lo cuente a George... ¡Se volverá loco de la emoción!-.

Fred mueve su mano hacia mi estómago aún plano, y comienza a acariciarlo en suaves círculos antes de agarrar mis caderas y hacer que las levante suavemente para así poder colocar la punta en mi entrada ya húmeda, apartando la ropa interior muggle sin querer perder el tiempo en quitármela, por lo que, poco a poco se va enterrando en mi interior. El pelirrojo sisea cuando está por completo en mi interior, y sus ojos más oscuros por la lujuria y es cuando comienzo a moverme, de forma más rápida, y tiempo después, también erráticamente, pues el placer hace a mi espalda arquearse de puro placer. -Te amo, Estef-.

-Y-yo también te amo, Freddie. -Gimo casi gritando, y me tumbo sobre el pecho de Fred, ligeramente cansada y ya cubierta de sudor. Fred nos da la vuelta, y se coloca entre mis piernas sin salir de mí, comenzando a moverse de nuevo. Nuestras caderas chocando de forma errática hasta que Fred hunde su cabeza en mi cuello y grita contra él, viniéndose en mi interior pero siguiendo con las estocadas para así conseguir mi orgasmo, el cual me arrasa sin casi darme cuenta.