Treinta y cinco.

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Capítulo treinta y cinco.

Valentín.

Me paré del sillón como pude y agarré a Olivia de la cintura haciendo que deje de moverse de esa forma, me había re calentado y sabía que pajeandome no iba a salir esa calentura que tenía en todo mi cuerpo, moje mis labios respirando un poco agitado y me acerqué mas a ella hasta pegar nuestros pechos, me mataba verla en ropa interior, quería tocarle todo.

— ¿Qué?—Susurró con una sonrisa, acerqué mis labios a los de ella para empezar a besarla con desesperación, agarraba su cintura y la pegaba mas contra mi entrepierna que a esta altura ya estaba mas que dura.

Mi lengua jugaba en su boca y de vez en cuando las entrelazabamos para sentirnos mejor, dejé una mano en su cintura y la otra la llevé a su culo para apretarlo bien fuerte, no sé si ya lo había dicho, pero ese culo me volvía loco.

— Oli... te necesito.—Hablé agitado cuando nos separamos del beso, pasó su lengua por sus labios sacando todos los restos de saliva que yo le había dejado.

Subió una ceja con las mejillas rojas y largó una risita que me encantó, agarré una de sus manos y la llevé a mi entrepierna para que sienta como me ponía con solo verla en ropa interior, trago saliva largando un suspiro y volvió a besarme apretando mi erección.

Gruñi a mitad del beso y cuando quise meter mi lengua en su boca dejé de sentir sus labios, abrí los ojos buscándola y creo que entré en cuatro paros cardíacos cuando la vi arrodillada en el piso bajando mi pantalón y mi boxer, no sé que era esto, pero siempre que teníamos algún tipo de contacto físico me calentaba el doble, con nadie me pasó esto y se me hacía re loco que a la hora de coger con ella me ponga cono loco.

Mis pensamientos se nublaron al sentir su lengua húmeda pasar por mi poronga, y cuándo creí estar tocando el cielo, su boca me confirmó que no estaba ni cerca de estarlo. Chupaba mi erección y se la metía a la boca haciéndome largar gemidos, abrí mis ojos y los bajé para verla hacer ese trabajo, llevé mis manos a su pelo e intenté hacer una colita para poder controlarla mejor, la hundía hasta donde veía que podía y después dejaba que ella sola siga, el ruido de su saliva y mis gemidos se escuchaban en toda la habitación.

Acabé en su boca después de varios minutos dándome placer, y cuando se levantó del piso me sonrió como una nena de doce años.

— Dios, sos hermosa.—Hablé tomándola de las mejillas y besandola, esta vez despacio.—¿Vamos arriba?—Pregunté dejando muchos besitos en sus labios, me miró con una sonrisa y subió una ceja divertida.—Bah, no sé ¿Querés?—Susurré.

La verdad es que no habíamos cogido muchas veces, si fueron dos, son muchas, es qué cuando pasaba tiempo con Olivia no era necesario tener sexo para divertirme, era raro, diferente y eso me encantaba. Porque aunque yo sea un zarpado de mierda, ella se encargaba de sacar mi lado tierno.

— Yo si quiero, ¿Vos?—Preguntó mordiendo su labio, sonreí y la agarré de la cintura para subirla arriba mío, empezando a subir hasta su pieza.

Cerré la puerta y la recoste en la cama dándole besos por toda la cara, bajando a sus labios para volver a besarla. Parecía como que mis manos actuaban solas, saqué su ropa interior desabrochando su corpiño y tirandolo por algún lado de la habitación, bajando mis besos a su cuello hasta llegar a uno de sus pecho, pasé mi lengua y mordi con delicadeza sintiendo como otra vez comenzaba a ponerme igual de caliente que recién.

Bajé su tanga roja y sonreí mirándola a los ojos, estaba mojada.

Una de mis manos se metió entre sus piernas, viendo como largaba un jadeo cuando pase mis dedos por su intimidad, sin avisar metí dos dedos adentro de ella moviéndolos con rapidez, dándole en el punto justo de placer, sus piernas temblaban y mientras mas movía mis dedos en ella, sus paredes los apretaban mas.

Sabía que estaba por llegar a su orgasmo, pero yo no quería que se venga tan pronto, saqué mis dedos recibiendo una mirada fea y antes de escuchar algún reproche, saqué un preservativo del bolsillo de mi pantalón y me lo puse bajo su atenta mirada, me sonreía y yo no podía esperar a estar adentro de ella.

Jugué con su entrada y me reí cuando largó un quejido enojada, sus manos fueron a mi pelo y lo tiró un poco para hacerme saber que no tarde mas, pero seguí jugando, rozando la punta de mi miembro en su entrada.

— Dale Valeeeen.—Se quejó.—, me voy a morir si no me la met...—No la dejé terminar que entré en ella sin avisarle.

Largó un gemido al igual que yo, me aferre a sus cadera empezando a penetrarla mejor, mirando como largaba gemidos y arqueaba su espalda, sentía como mi cuerpo se descargaba con cada embestida y una sensación de placer recorría todo mi cuerpo al entrar y salir de ella.

Lento y fuerte, largando algunos gemidos en su oído, apoyando mi frente en la almohada y cerrando mis ojos a causa del placer. Sus paredes apretaban mucho mas mi miembro y podía sentir sus piernas temblar, no daba más, quería hacerla llegar, quería saber que conmigo también podía tocar el cielo.

Entonces escuché su gemido alto, acompañado de mi nombre, yo también llegué después de dos penetradas más.

Caí rendido arriba de ella, respirando agitado, la miré y no lo pensé ni dos veces antes de hablar:

— Quiero que conozcas a mi hermanita.
















🌻🌻🌻

volviiii :) dea

el siguiente cap lleno de intensidad :(

Desconocido ; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora