KISAENG|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴ

ᴛʜɪʀᴅ ɴɪɢʜᴛ

— ¿Cuál es tu nombre? —le pregunté, esperando recibir alguna respuesta de su parte... no hubo ni una sola.

Sus manos se adentraron en su chaqueta de cuero y uno de sus pies se alzó para apoyarse en la pared de atrás. Pose de chico malo, lo típico.

—Oye, creo que de...

—Te escuché, no soy sordo —dijo firmemente. Me callé apenas me di cuenta que había hecho mal al empezar con aquellos monólogos nocturnos.

—L-lo sie...

—No te disculpes, no has hecho nada malo o ¿sí? —su mirada nuevamente se clavó en mi rostro. Yo hice lo mismo y negué con mi cabeza—. Eso pensaba, no te ves como el típico chico rudo, incluso pareces un adolescente de quince años.

Una risa, una simple risa logró estremecer mi cuerpo y ponerlo a la defensiva.

—No soy ningún adolescente, incluso puedo decir que soy mucho mayor que tú —contesté de mala manera. Odiaba que se burlaran de mí.

El chico dejó de sonreír, su rostro se devolvió hacia el mío y en señal de burla, sonrió de lado.

—Tu autobús ya está pronto a llegar —avisó. Pero poco me importó, lo único que yo quería era continuar con aquel contacto visual—. Me tengo que ir —volvió a hablar, dándose la vuelta de inmediato y alejándose de mí.

Hoy ningún auto se detuvo, ni tampoco lo recogió.