KISAENG|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴ

ᴛʜɪʀᴛʏ ɴɪɴᴛʜ ɴɪɢʜᴛ (𝟻)

—La primera vez que hice ese tipo de servicios fue cuando un enfermero de este mismo hospital me lo ofreció —sus palabras solo parecían ser estacas que clavaban cada parte de mi pecho y es que me dolía mucho escuchar esa parte de la historia —Ese hombre me ofreció una buena cantidad dinero, una gran suma que le daría dos meses más de vida a Chaeryeong... la querían desconectar. Después de aquello, todo se volvió tan normal, conocí a Félix, él también se vendía, al principio lo juzgué, pero al descubrí la historia detrás de esa acción, solo pude apoyarlo y darle un hombro en donde llorar.

Le entregué el café que había comprado minutos atrás, cuando salimos de la habitación de su novia, y preferí sentarme a su lado para evitar que hablara más alto de lo común.

Nos encontrábamos en el patio del hospital, este se encontraba brillando por algunas luces que entregaban los faroles.

El café se mantuvo entre sus manos y su mirada estaba al frente; parecía ido.

—Al principio, pensé que solo sería polvos de una noche, que solo sería sexo y nada más que roces. Siempre creí estar enamorado de Chaeryeong, siempre creí que era heterosexual y que lo que hacía era por el amor que le profesaba a mi novia... Siempre pensé en eso, hasta que...

— ¿Hasta qué? —continué.

El sonido que hizo al pasar saliva fue muy ruidoso, o eso creí al escucharlo.

Me miró y yo a sus labios.

—Hasta que te conocí, Hyunjin. Siempre me consideré heterosexual, hasta que te vi de pie en esa esquina, hasta que hablamos e incluso, hasta que hicimos el amor... porque eso hice yo, porque sé que eso me hiciste tú... porque ambos decidimos hacer el amor, a pesar de tener una familia y un compromiso.

Nos miramos por lo que sería una eternidad antes de unir nuestros labios en un mismo compás, él tomó mi rostro entre sus manos y yo me dirigí hacia su cintura.

Ya no había nada qué decir, nada qué expresar, nada qué hacer. Solo éramos nosotros en un hospital en plena noche.