KISAENG|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴ

ᴛʜɪʀᴛɪᴇᴛʜ ɴɪɢʜᴛ

Nos distanciamos, ya no podía acercarme a él.

Seungmin solo me miraba de lejos y yo hacía lo mismo. No nos atrevíamos a dar el siguiente paso.

Después de haber escuchado aquellas palabras que tanto había estado esperando, pero que ahora solo habían logrado hacer un gran daño en mí, en mi corazón y en mi mente, no me atreví a decir nada más. Era cierto que ansiaba saber la verdad por boca de Seungmin; sin embargo, dolía, me dolía demasiado confirmar que él era tan parecido a Félix.

El autobús llegó y con ella la hora de irme.

Hoy también pude ser testigo de la labor que ejercía; el carro se detuvo delante de Seungmin y él prosiguió a hablar algo con este antes de subirse.

No sé cómo, pero terminé apartando la mirada y dirigiéndola al suelo del autobús, mientras un nudo en mi garganta se iba desarrollando y la pena me carcomió por dentro.

Yo sentía cariño, incluso podía asegurar que algo más, por Seungmin. No quería verlo arruinado de esa forma, y es que... ¿Quién le desearía el mal a la persona que ama? Claramente, yo no.

Mi mente divago por un lapso largo de minutos y preferí suprimir las lágrimas que querían salir de mis ojos, prefería ignorar el dolor en mi pecho al imaginar el tipo de trabajo que hacía Seungmin para sobrevivir.

Me dolía, me lastimaba, como si yo fuera el dañado, como si yo me vendiera a todos esos tipos.