ᴛᴡᴇɴᴛʏ ғɪғᴛʜ ɴɪɢʜᴛ

1.3K 251 24
                                    

Pensé que todo había sido una exageración de Seungmin, que su amenaza no era válida, pues tal vez Félix no haya estado ni tan golpeado; sin embargo, al verlo cara a cara podías notar claramente los moretones que habían tratado de esconder por medio de un maquillaje que no cumplió su función.

Su rostro ya no expresaba ninguna pizca de emoción, ya ni siquiera contaba con el poco brillo que sus ojos tenían antes de conocer a Changbin. Parecía que mi compañero había acabado con la poca felicidad o ganas de vivir que tenía ese chico.

Ambos, tanto Seungmin como Félix, me miraron por un lapso muy corto de tiempo, mas todo terminó cuando un auto se detuvo delante de ellos. Seungmin se subió en este, no sin antes susurrarle algo en el oído a su pequeño amigo.

El auto pasó por mi lado, pero no logré observar algo, pues las lunas eran polarizadas y eso evitaba que cualquier chismoso, como yo, estuviera observando de más.

Quise maldecir en voz alta, lanzar alguna piedra para que ese auto se detuviera; sin embargo, no hice nada de lo pensado, preferí quedarme callado y ver como aquel auto desaparecía entre las calles y el tráfico de Seúl.

— ¿No quieres saber algo más de tu pequeña prostituta? —esa voz, como el tono burlón se me hizo conocido y al voltear a su encuentro me di directamente con el rostro de Changbin.

Quería golpearlo, desembocar toda mi ira en él, mas no lo hice, solo fui testigo de cómo se reía e iba directo a Félix.

Y al parecer, los golpes ni los insultos fueron suficiente para ese chico, pues Changbin volvió a marcharse con él; ambos tomados de la mano como si de una pareja se trataran. Así fue que me convertí en testigo de otra noche en la que Félix salió golpeado y en donde mi amigo se salía con la suya.

KISAENG|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora