KISAENG|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴ

ᴛᴡᴇɴᴛʏ ᴛʜɪʀᴅ ɴɪɢʜᴛ

— ¿Qué planeas, Hyunjin? —susurró. Lo miré por una milésima de segundos y volví mi vista al frente. Ahora era yo quien no quería verlo, quien lo evitaba o en mejor de los casos, trataba de ignorarlo —No creo que mandando a tu amigo a golpear a Félix... —un suspiro, que parecía estar recargado de cansancio, salió de sus labios antes de terminar —Logres conseguir algo de mí.

Y por acto reflejo, abrí mis ojos en par, mirando a más detalle todo lo que sucedía a mi alrededor, observando a cada persona que caminaba de un lado a otro, y tratando de hacerle creer a mi mente que lo que había escuchado no era real, que Changbin no había golpeado a un prostituto, que muy a pesar de todo, seguía siendo una persona, y obligado a revelar secretos que yo quería saber.

Me sentí culpable.

—Espero que entiendas lo que trato de decirte y... dile a tu amigo que no se vuelva a acercar a Félix o ten por seguro que su esposa no volverá a ver la luz del día.

— ¿Eso es una amenaza? —Imbécil, eso era. Claro que era una amenaza, solo que no era capaz de procesarlo aún.

—Tómalo como quieras, Hwang, solo te aseguro que por medio de violencia no lograrás conseguir lo que verdaderamente quieres. Enséñales eso a tus hijos.

No me atreví a decirle que dejara de mencionar a mis hijos, tampoco me atreví a detenerlo y mucho menos a dejar de mirar sus perfectas piernas que se movían al compás de su trasero.

—Eres bello, Seungmin.