KISAENG|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴ

ғɪғᴛʏ ᴇɪɢʜᴛ ɴɪɢʜᴛ

Nuevamente miraba a Félix, él estaba muy sumido en su mundo junto a Jisung, aquel chiquillo que era su novio.

Seungmin me había comentado muchas cosas sobre ellos, como que se habían conocido al asistir a las mismas clases de baile y que parecían amarse de verdad, palabras salidas de la boca de Félix. Así mismo, que los señores Han lo habían aceptado, sin discriminarlo en ningún momento, pero con la condición de que dejara ese oficio.

Félix aceptó.

Eso había sido algo sorprendente para mí, incluso lo fue para Seungmin, quien siempre creyó que su mejor amigo se vendería para pagar los tratamientos de su madre enferma. Sin embargo y al parecer, ya no lo haría más, pues ahora solo se colocaba de pie en aquella esquina para besuquearse con su novio.

Desearía, daría todo lo que tuviera para que Seungmin y yo estuviéramos de esa manera.

— ¿Qué pasa? ¿Te da envidia verlos así? —Seungmin colocó una de sus manos en mi hombro y con una sonrisa plantada en el rostro, se burló de mí.

— ¿Has pensado en dejar tu trabajo ahora que los padres de Chaeryeong han llegado a la ciudad? —quise hacer lo mismo y ver su brillante risa, en cambio, solo me gané una mirada seria y un silencio sepulcral —L-lo sien...

—Sí, lo haré, dejaré esto, pero no ahora.

Suspiré y traté de tomar su mano, sin embargo, él se negó. De inmediato, en mi mente, comencé a maldecir. Nunca debí preguntar eso.

— ¿Has pensado en tener hijos?

Él me miró más sorprendido que antes y sonrió.

—Sí, ese siempre fue el sueño que Chaeryeong y yo teníamos... —bajé la mirada por instinto, escuchar aquello de la persona de la que estás enamorado no hace nada más que dañarte—. Sin embargo, ya no sé si es con ella con quien quiero tener hijos.