ᴛʜɪʀᴛʏ ɴɪɴᴛʜ ɴɪɢʜᴛ (𝟺)

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—Chaeryeong era mi vecina, ella es más joven que yo... Usualmente solía llamarme 'oppa' —una pequeña risa se escapó de sus labios —Ella y yo iniciamos una relación cuando apenas estábamos en secundaria, siendo unos niños no sabíamos cómo mantener un noviazgo, así que siempre nos tratamos como amigos, como hermanos y como pareja. Nuestra relación fue especial y muy bonita. Ella solía ser tierna, detallista y muy tímida en todos los ámbitos —tomó un poco de aire y observó el rostro de aquella chica. Yo solo podía morirme de envidia, pues ella, a pesar de estar dormida, acaparaba toda la atención de Seungmin—. Sus padres nos permitieron mudarnos juntos, su padre ya había logrado amenazarme con la escopeta y también hablar conmigo, dándome una única advertencia, que era no dañarla nunca —tomé su hombro, tratando de consolarlo, pero él no me aceptó, se alejó de mi tacto apenas pudo —Chaeryeong y yo llegamos a Seúl hace dos años atrás, logramos alquilar un pequeño cuarto en un vecindario seguro. Todo estaba bien, ella me hacía feliz y yo por igual... No pedíamos nada más. Trabajé en todo lo que podía para que ella estudiara y tuviera lo mejor en la universidad —sentí que su voz se quebró y como lo imaginé, él había comenzado a llorar—. Iba a llegar al primer año de universidad, cuando sufrió un accidente automovilístico, ese maldito no se quiso hacer responsable... Y fue entonces que todo empeoró. E-ella... Ella perdió al bebé que estábamos esperando, ni siquiera lo sabíamos, pero lo perdió. No llegó ni al mes y medio de gestación. Entonces... Todo fue de mal en peor. Lograron estabilizarla a tiempo, pero quedó en coma.

—Y-yo...

—No —me calló—. No sientas pena por nosotros, no ahora, que ya no la necesitamos... —un suspiro salió de sus labios y continuó—, arrojaron nuestras pertenencias a la calle por no pagar el alquiler. En ese entonces, nadie se apiadó de nosotros cuando el dinero se acabó y con ello, el tiempo que le quedaba a ella en este hospital, n-nadie m-me tuvo pena cuando me ofrecieron dinero a cambio de servicios sexuales. N-nadie oyó mi llanto cuando comencé a suplicar que se detuviera. Nadie tuvo pena de nosotros en ese tiempo... ¿Por qué habrían de tenerlo ahora?

—Porque yo estoy aquí, contigo —susurré, aunque sabía que él no me escuchó.

KISAENG|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora