KISAENG|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴ

ᴛᴡᴇɴᴛɪᴇᴛʜ ɴɪɢʜᴛ

¿Por qué le sigues hablando? Tú bien sabes lo que es.

—Quiero escucharlo de su propia boca —susurré para mí mismo, entregándome una propia respuesta y una seguridad que no duraría por mucho.

Seungmin me miró, al parecer hablé lo suficientemente alto como para que él me escuchara. Nos miramos por un lapso de diez segundos y luego volvimos a ser desconocidos.

Mordí mi labio inferior, tratando de controlar las ganas que tenía de hablarle, mas eso no me detuvo.

— ¿Tú también eres un prostituto? —al decir aquello una sensación de alivio se instaló en mi pecho, una sensación que me daba más tranquilidad, como si hace mucho hubiera querido soltar esa pregunta.

Pensé que sería ignorado, como las últimas dos noches, más jamás esperé que él me contestara... jamás pensé que metería ese tema entre nosotros o que siquiera pudiera saberlo.

— ¿Por qué te preocupas por lo que soy o lo que no soy?... cuando tienes una familia que mantener y una esposa por quien preocuparte.

Él me miró, lo sentí, más yo no deseé hacerlo, al contrario, bajé la mirada apenado.

—Deberías preocuparte por complacer a tu esposa y por darle lo mejor a tus hijos —ya sonaba como mi madre cada que nos visitaba.

— ¿Crees en el hilo del destino? —pregunté una vez que la vergüenza pasó y que vi llegar mi transporte.

Él negó con la cabeza.

—No creo en cuentos de hadas.

—Pues deberías creer en esos cuentos de hadas, como tú lo llamas, te separa del montón de gente podrida. Creer en algo tan infantil te devuelve algo de tu inocencia... te diferencia de los demás.