sɪxᴛɪᴇᴛʜ ɴɪɢʜᴛ

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Dos meses, dos benditos meses desde que había conocido a Seungmin, era poco tiempo, pero realmente sentía que era amor, que lo que él sentía por mí y lo que yo sentía por él era verdadero amor.

Tomé su mano por encima de la sábana que nos cubría y le sonreí. Seungmin me devolvió el gesto y no tardó en acercarse para recibir un beso, que se lo entregué gustoso y que acabó poco después, cuando nuestros pulmones pidieron aire.

Acaricié su mandíbula y luego de perdernos en la mirada del otro, volvimos a besarnos.

Eran noches como esta las que yo amaba, las que yo deseaba que nunca terminaran. Eran estas noches las que no quería que desaparecieran.

Nos alejamos por instinto y volvimos a sonreír como bobos enamorados.

Después de eso, todo se volvió comúnmente raro, él se alejó y me dio la espalda. Yo me acerqué y lo abracé.

—Voy a dejar este oficio...

Mis besos sobre su hombro fueron la respuesta que él, al parecer, buscaba, pues comenzó a reír y a decir que no lo volviera a hacer, sin embargo lo hice.

Las carcajadas dieron inicio a un juego tonto y algo infantil para nosotros. Poco después solo quedó respiraciones agitadas y cuerpos desnudos fuera de las sábanas.

—Voy a dejar a Yuna.

Y mis palabras fueron un detonante para él, pues se puso rígido y me gritó que no lo hiciera.

KISAENG|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora