KISAENG|| Hyunmin -αdαpтαcιóɴ

ᴇɪɢʜᴛᴇᴇɴᴛʜ ɴɪɢʜᴛ

— ¿Qué te sucedió? —pregunté lo suficientemente alto como para que me escuchara.

Estaba buscando una explicación y esta era una buena oportunidad, pues Félix no se encontraba con él; Seungmin se encontraba solo y alejado de todos, incluyéndome.

— ¿Te hicieron daño? ¿Te obligaron a hacer al...

— ¿Por qué? —me interrumpió. Tragué grueso sin saber a qué se refería o cuál sería mi respuesta — ¿Por qué lo haces? ¿Por qué te preocupas por mí? —continuó, aclarando su pregunta y dándome algunos minutos para pensar en mi respuesta.

Pensé y pensé, tratando de justificar esa sobreprotección y cariño que sentía hacia él. No hubo respuesta alguna. Mi mente no colaboró y mis cavilaciones fueron muy pobres.

—Tú no tienes una respuesta, pues yo tampoco la tengo, Hyunjin —habló, acabando con el silencio.

—Claro que la tienes, Seungmin, solo que no la quieres de...

—Al igual que tú —continuó, interrumpiendo mis palabras.

Decidí callarme, creía que era lo mejor.

Un taxi llegó poco después, de este bajo Félix, dirigiendo su mirada a Seungmin, quien de inmediato se alejó para ir en busca de su amigo. Ambos volvieron a susurrarse algo para que luego Seungmin se subiera al auto y se marchara.

—No deberías verlo de esa manera, Hwang —más que un consejo, parecía una advertencia. Estaba recibiendo una advertencia de parte de un prostituto; esto tenía que ser una broma, una total broma.