Uraraka y Bakugou se habían quedado en aquel callejón observando el punto por donde suponían Müller se había ido. Hace unos minutos les había soltado una auténtica bomba de información y por el pendrive que les había dado, seguramente había mucho más por ver.
—¿Qué opinas? No me ha agradado pero nada de lo que ha dicho luce como una mentira— Indicó Bakugou, rompiendo aquel silencio entre ambos.
—Ojalá fuese así, pero no lo es, todo eso está ocurriendo, probablemente en Damasco y muchas ciudades más.
—Suenas muy segura de tus palabras.
Uraraka lo miró de reojo, si le dijera en ese momento que soñaba constantemente con un escenario que se asemejaba a lo que había visto en ese holograma probablemente pensaría que estaba loca. A pesar de que había pasado un rato, seguía escuchando los gritos en su cabeza, no había manera de detenerlos.
Esa noche no iba a dormir, podría tomarse todo el frasco de pastillas y no le haría ningún efecto, además de la obvia intoxicación, eso lo tenía claro.
Bakugou se acercó a ella.
—Estás un poco pálida.
—Debe de ser por la luz.
—Y debe ser que yo soy idiota ¿Qué es lo que te pasa?
Detestaba que el rubio pudiera leerla tan fácilmente, al menos con sus amigas o incluso Deku, lograba mentir y no ser descubierta, algo que nunca ocurría con él.
¿Debería decírselo a él? Hasta ahora no se lo había mencionado a nadie para no tener que levantar preocupaciones innecesarias, pero quizás decirlo le aliviaría los hombros, ese peso estaba siendo agotador.
—El sake me ha pegado un poco, tenía tiempo sin beberlo.
El rubio podía apostar todo el dinero que llevaba encima a que aquella chica le estaba mintiendo, pero por alguna razón no quería decirle lo que le pasaba, pensó en un primer momento que se debía a todo lo que habían visto, honestamente él también estaba sorprendido, aquellas imágenes no eran fáciles de procesar, pero sabía que había algo más para que ella estuviera así.
—Supongo que nos separamos acá, los dos tenemos que ver qué información hay en estos pendrives.
Solo dio unos pasos y fue detenida por el rubio que la sujetó del brazo.
—¿Puedo ir a tu departamento?
Uraraka se volteó de inmediato, aquella propuesta era demasiado repentina y fuera de lugar, especialmente tras todo lo que habían visto hace unos minutos y porque ella estaba actualmente en una relación.
—Mi laptop no funciona, pensé que podrías prestarme la tuya un rato.
—¿Qué ocurrió con la tuya?
—Explotó— Respondió mientras se encogía de hombros.
¿Prestarle su laptop? Era ya medianoche, estaba más que claro que luego él tendría que quedarse a dormir y eso era una terrible, espantosa y definitivamente mala idea.
A pesar de que estaba convencida de ello, por alguna razón aceptó.
Su apartamento era pequeño pero confortable y cumplía con lo que necesitaba, de todas maneras, era muy poco el tiempo el que estaba en el. El hecho de haber podido comprar algo así ya era todo un logro y estaba feliz con ello.
Abrió la puerta y el rubio entró tranquilo, como si aquella situación no lo pusiera nervioso en lo absoluto.
—La última vez que estuve acá fue en el caso de ese villano escurridizo de arena ¿cierto?
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Sin lugar para los débiles
FanfictionUraraka había llegado a aquel bar con la intención de distraerse, por alguna razón no le encontraba sentido a su carrera como heroína profesional y se sentía estancada en una relación que todos veían como perfecta, pero que no era así. Al encontrars...