Eran las 11 de la noche, Uraraka se encontraba saliendo de aquel lugar que ya se había convertido prácticamente en una segunda casa para ella, pasaba más tiempo allí que en cualquier otro lugar, aunque no era en lo absoluto un sitio que pudiera llamar hogar.
Durante esos meses tanto ella como Bakugou habían aparecido en las portadas de la prensa y noticieros, en redes sociales muchos se preguntaban qué era lo que había ocurrido para que dos héroes profesionales de su talla decidieran abandonar sus agencias de forma parcial hasta hacer una retirada completa.
Ninguno se imaginaba a ciencia cierta lo que ellos estaban haciendo, ni para qué se estaban preparando, el sitio donde se reunían era bastante espacioso y contaba con instalaciones militares, por lo que habían escuchado, tenían a un aliado en Japón que tenía un pasado militar y por ende conservaba ciertas instalaciones para quienes le necesitaran.
Tanaka, ese era el nombre de ese hombre de grandes ojeras y carácter terrible que día a día los entrenaba, aunque ellos dos ya tenían entrenamiento debido a que eran héroes profesionales, igualmente debían asistir y honestamente no les fue del todo bien la primera vez.
El entrenamiento militar que les estaba dando no se parecía en nada a U.A, ni tampoco las situaciones.
—Maldita sea, el olor a pólvora no se me va a quitar, aunque me duche toda la noche— Se quejó el rubio.
Ese día Tanaka los había obligado a limpiar todo tipo de armas, nunca habían tocado una realmente como en esos entrenamientos, si bien las habían visto en algún que otro caso, no eran usuales en la ciudad. Muchos preferían usar sus quirks que un arma de fuego, algo que era bastante diferente en Damasco.
"Escúchenme, acá aprenderán a usar armas de todo tipo de calibre, a limpiarlas, mantenerlas, armarlas desde cero y a repararlas. Algunos van a considerar que esto es inútil, pero a donde van, no van a conseguirse con un tipo con un quirk que los va a noquear, sus rivales solo van a buscar meterles una bala en la cabeza y terminar con todo. Así que acá les enseñaré todo lo que necesitan saber, recuerden que no hay muchos recursos en el lugar donde estarán, cada bala cuenta ¡Así que no pueden fallar ni una sola vez!"
Primero pensaban que aquello no era necesario, pero él no les dio tiempo de discutir, la primera vez que tomó un revolver en sus manos no pudo creer lo pesado que podía ser, así como la sensación de que tenía en sus manos algo que podría terminar con la vida de una persona.
—Al menos Tanaka nos vio con buena cara, logramos armarlas todas, reparar las que se habían encasquillado e incluso no fallamos ni un solo tiro— Respondió Uraraka.
—Ustedes no, pero yo sí— Se apresuró a decir Murakami, una chica de casi la misma edad que ellos— Definitivamente no me llevo con las armas.
—¿Entonces para qué te uniste? Vamos a ir a una guerra, hay armas sí o sí— Respondió Ishida, un chico un poco más joven.
—¡Porque voy a ser refuerzo médico! Yo voy a estar allá para apoyarlos cuando vuelvan, mi lugar no es el campo de batalla—
—¡Será para refuerzo de este idiota! Yo no lo voy a necesitar— Respondió el rubio.
—Estás muy seguro de ti mismo ¡No creas que te irá mejor solo por ser héroe profesional! — Siguió Ishida.
Uraraka volteó a ver al chico, aquello que había dicho le había llamado la atención, le recordaba exactamente a las palabras que Tanaka había usado cuando los había llamado a ambos para hablar sobre su trabajo como héroes.
"¿Eh? ¿Por qué demonios ser héroe profesional sería un problema para nosotros?" Preguntó en aquel entonces Bakugou.
"Tenemos entrenamiento, sabemos cómo actuar en situaciones de riesgo y trabajar en equipo ¿no debería ser eso más bien un punto a nuestro favor?" Siguió Uraraka.
ESTÁS LEYENDO
Sin lugar para los débiles
Fiksi PenggemarUraraka había llegado a aquel bar con la intención de distraerse, por alguna razón no le encontraba sentido a su carrera como heroína profesional y se sentía estancada en una relación que todos veían como perfecta, pero que no era así. Al encontrars...