Sin lugar para los débiles

El diablo que hace de Dios

Müller llegó a Damasco nuevamente, apareciendo frente a la coronel, Brown y Lucky, aunque su superior iba a comentarle algo, él colocó una mano sobre el hombro de Lucky y desapareció con ella en un segundo.

Ambos aparecieron en un lugar muy diferente, un bosque con árboles enormes y donde no parecía haber nadie más en kilómetros.

—¿Tan mal está ella?

—Quiero golpearte en ese preciso momento, no me tientes.

El capitán que le había jurado lealtad y sabía que era su amigo, no escondía en lo absoluto la furia que sentía en ese momento, era bueno deduciendo, sabía perfectamente lo que había ocurrido allí.

—Si me trajiste acá no fue para hablar.

—Estoy tratando de asimilar...y si no puedo, que al menos nadie más salga herido.

—Era necesario correr el riesgo, Müller.

Y la paciencia se le agotó, se volteó en ese momento, Lucky no se movió porque sabía que él no la golpearía, pero su puño pasó justo a un lado de su rostro, impactando un árbol, destruyendo su tronco con ese solo golpe, ese y el de cinco más que estaban detrás.

—¿Poner al hijo del principal del comité también era parte del plan?

—La más importante.

—¡PUDO MORIR!

—No— Dijo calmadamente haciéndose a un lado, viendo el desastre que la furia de Müller había provocado—Ya hemos hablado sobre mi visión, sabes que más que ver, también analiza escenarios. Había un gran porcentaje de éxito.

—¿Y las variables qué? Shoto y Herzilein pudieron enviar a otros en vez de ir ellos, estaban agotados ¿Y Endeavor? Ese tipo pudo caer antes y que todo se fuera al diablo, además...

—No iba a pasar, Müller, ninguno iba a ignorar ese llamado, saben perfectamente las aptitudes de los héroes de esa ciudad. El pequeño no moriría tampoco, Yaoyorozu ha mejorado en meses lo que no hizo en años, ha agudizado su forma de actuar y ha disminuido su atención en el dolor o lo que frena a su cuerpo. Hay variables, claro que sí, pero aunque las situaciones cambian, nuestros aliados también.

Müller seguía sin querer calmarse ni un poco, no le gustaba en lo absoluto cómo había actuado y provocado semejante desastre.

Se quitó la máscara, sabiendo que allí nadie más los vería, podía respirar un poco.

—Lucky, ese niño pudo haber quedado traumado de por vida.

Los ojos de Lucky, vacíos, le dieron la respuesta más fría a su pregunta.

—¿Un niño traumado a cambio de tener de aliado a un hombre cercano a la ASH? No me parece un sacrificio tan terrible.

—Es un niño— Repitió con fuerza.

—Sí, es UN solo niño, no miles. Müller, antes de todo esto solo perseguíamos a la gente de Quimera, ahora sabemos que hay un grupo de matones bajo el nombre de DOME y a ellos los manda la ASH. Tenemos dos nombres, dos grupos a los cuales investigar. No voy a dejar que mi humanidad me haga pestañear cuando tenga que decidir. Nos hemos ahorrado mucho, créeme.

—Entonces...se hará lo que haga falta ¿Sin importar qué?

—Sí, ese es el problema.

Lucky se acercó a Müller, esta vez el capitán volvió a ver en sus ojos el brillo de antes, volvía a ser ella, volvía a sentir y lo que había en ellos era miedo y frustración, uno que conocía muy bien porque él mismo lo había vivido y cuando se vio al espejo quedó aterrado con su reflejo.