Sin lugar para los débiles

Sanarás

Las cosas no estaban bien en la ciudad, en el país en general, desde que hubo aquella turba enfurecida defendiéndola ante el comité, los medios hicieron su debido circo con ello, no la habían dejado del todo en paz hasta ahora, aunque al menos ya podía respirar un poco más, lo que si no había duda alguna es que los ojos de todos estaban fijos en su agencia más que nunca.

Los casos se seguían acumulando, la asociación de héroes profesionales muchas veces se encargaba de repartir ciertos casos a las agencias, y por cosas del destino, por no llamarlo de otra forma, su agencia era a la que le tocaban los peores y a la que le exigían mayor rapidez para cerrarlos.

Estaba a punto de ir a la asociación y poner la denuncia, aquello era claramente un caso de acoso en contra de ellos, si bien sus héroes iban mejorando cada día y contaba con Jirou y Deku entre ellos, no era justo para nada que los presionaran así ¿Tenía un dolor de cabeza? Sí, y las pastillas para el dolor no estaban realmente funcionando del todo ¿Quería tomar todas esas carpetas y lanzarlas por la ventana de la oficina? También, pero Shoto ya le había dicho que tuviera paciencia, que poco a poco irían bajando y los casos resueltos serían más que los pendientes...pero es que no paraban de llegar.

—¡No, yo sé que tratas de hacer que me calme, pero es que no es justo!— Dijo mientras hablaba por teléfono con Shoto, que atendía un llamado que había ocurrido en la madrugada— ¡Pregúntale a Endeavor si a él lo acosaron tanto!

—No, no tengo que preguntarle para saberlo— Respondió desde el otro lado, asegurándose que estaban sacando a los heridos del lugar como era debido— Pero quejarnos lo único que hará es darle la razón a la asociación, o más bien, al comité que te tiene en la mira.

—Lo sé, lo sé, no le quiero dar la razón, pero tampoco puedo dejar que nos trate de esa manera, voy a analizar en la oficina una solución ¡Está agotando a nuestra gente! Shoto, esos héroes vinieron con nosotros para mejorar, no para ser exigidos como si fuéramos la única agencia en todo Japón— Indicó mientras se cambiaba para ir hacia la agencia.

Mientras hablaba con Shoto, hacía varias tareas a la vez, ya los dos habían decidido apoyarse mutuamente, él incluso había sugerido que tuvieran una secretaria...la cual terminó convirtiéndose en dos debido a la gran cantidad de trabajo, cuando llegaban a sus casas, muchas veces terminaban yendo al hogar del otro, por lo general era así ya que alguno de los dos terminaba tan agotado, que a duras penas lograba llegar a la entrada sin desmayarse del cansancio, así que el que no había tenido un día tan malo, se encargaba ese día de la cena y de que al menos el otro llegara a descansar en su cuarto.

Sonaba exagerado, pero realmente era así, habían noches en las que Yaoyorozu lo único que quería era quedarse dormida en la entrada de su casa, ni ganas de subir a su cuarto tenía, si seguía de esa forma, iba a terminar consumiendo una gran cantidad sopas instantáneas o pizza y eso no era buena idea...algo que se lo afirmó Shoto luego que un día llegara a la agencia y su secretaría gritó del susto cuando este se desmayó en la entrada.

Los dos se conocían, sabían los gustos del otro, se tenían confianza...y además la agencia la habían creado entre los dos, así que antes de que terminaran en el hospital por una sobredosis de trabajo, que los estaba saludando a la vuelta de la esquina, hicieron el acuerdo de cuidar del otro en esos malos días, Jirou se sonrojó cuando se enteró de aquello, pensando que ambos estaban volviendo a tratar de salir juntos, la verdad es que lo que tenían como pareja eran unas ojeras que cada día iban de mal en peor.

Yaoyorozu terminó de arreglarse, tomó el desayuno que le había dejado Shoto y se vio en el espejo antes de salir, tomó aire y se dijo así misma en voz alta.

—¡Basta! Vas a ir a la agencia, revisar bien lo que está ocurriendo y vas a resolver esto ¡Nada va a lograr distraerte de eso!

Y dicho eso, abrió la puerta y se encontró con un hombre que se dejó caer sobre ella, que rápidamente lo agarró antes de que cayeran al suelo.