Tarde o temprano, me verás morir.

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Tocó la puerta, enseguida le abrió el peliverde que cargaba una gran sonrisa en su rostro al verla, sin siquiera esperar, la recibió con un gran abrazo, apreciaba el hecho de poder compartir más tiempo con ella, especialmente porque cada vez eran menos los momentos libres que tenía.

Por alguna razón la sintió algo distante, con su mente en otro lugar, le extrañaba puesto que hasta ahora no había ocurrido nada en sus casos que mantuviera sus pensamientos ocupados, incluso el de esa mañana había sido atendido rápidamente y todo había salido correctamente.

—¿Ocurrió algo?

—¿Por qué lo dices? — Indicó ella mientras dejaba su abrigo en la entrada, yendo hacia la cocina en donde estaba su novio— Déjame ayudarte a poner la mesa.

—Siempre que nos vemos sonríes de inmediato, hoy te ha costado hacerlo— Indicó mientras servía en uno de los platos la cena de esa noche— Supongo que la prensa no dijo todo sobre el incidente de hoy.

—Hay mucho para decir, la prensa se haría un banquete con ello— Dijo ella mientras preparaba la mesa y buscaba un vino para compartir— Aunque lo que realmente me preocupa es que parece ser que soy la única preocupada en todo esto— Dijo recordando la actitud de Mt. Lady.

La heroína indicó que iba a revisar los informes de todos los incidentes resueltos más recientes, pero sentía un leve rechazo a ello, claramente Mt. Lady estaba molesta porque una heroína joven había ido hasta su agencia a exponer a sus héroes como profesionales incapaces.

Estaba casi segura que no habrían mayores medidas a lo que había dicho, puede que su molestia tuviera argumentos y pruebas, pero no es que la receptividad por parte de Mt. Lady o los héroes implicados fuera realmente perceptible.

Estaba también cierto detalle, uno que no pensó que diría en voz alta pero se le escapó ante la furia que estaba sintiendo al ser percibida sus quejas como una exageración, sirvió un poco de vino para los dos y vio a Izuku, su novio había logrado convertirse en un gran héroe, All Might estaba sin dudas orgulloso, pero su maestro y él sufrían de lo mismo.

En su momento All Might tenía una gran número de incidentes resueltos por él, más allá de su gran capacidad de reaccionar, era debido a una sobresaturación de las cuales todos se dieron cuenta cuando el héroe número 1 tuvo que retirarse. No es que actualmente comparara a Izuku con él, pero algo parecido ocurría con muchos de sus compañeros.

Había una gran diferencia en incidentes resueltos entre unos héroes y otros, pero estaba segura que estaba ocurriendo lo mismo que en aquellos tiempos, se estaba colocando más peso del necesario en aquellos héroes que daban todo por sus ciudades. Izuku era un ejemplo, cada vez lo veía menos, casi siempre lo llamaban y él es ese tipo de personas incapaz de decir que no, pero aquello estaba creando una gran dependencia.

Estaba segura que si lo decía, él diría que estaba pensando demasiado o que no le molestaba que le pidieran ayuda cuando lo necesitaran.

La comida entre ambos había sido como cualquier otra cena, hablaron un poco de su día y luego de los planes que tenían en mente si es que sus agendas se lo permitían, al terminar fueron hasta el sofá, colocaron una película y Uraraka seguía con su mente en otro lugar que con el peliverde.

Él se acercó a ella, cuando volteó su rostro fue por sus labios, aunque fue correspondido, podía percibir que aquello era forzado, por lo que se separó de inmediato.

—¿Qué es lo que ocurre?

Pensó que ya había tomado una decisión, así que era mejor decírselo, nada cambiaría si lo hiciera después.

Sin lugar para los débiles Donde viven las historias. Descúbrelo ahora