Capítulo XVI

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Ya era lunes por la tarde y nuestros héroes estaban en la puerta del despacho del director discutiendo con este.

- Pero profesor necesitamos usarlo.

- No es no, señorito Weasley. Ahora sí me disculpan tengo que hablar con Minerva.

Dicho esto el director de fue dejando a unos, muy enfadados, alumnos. No se podían creer eso, necesitaban el pensadero.

- Que hacemos? - Preguntó Harry.

- Obvio nos colaremos, nosotros tres con la capa de invisibilidad, Nico y Hazel hacen viaje sombra con sus parejas. - A partir de ahí Hermione se quedó sin ideas.

- Jason entrará volando por la ventana con Percy. Nosotras andaremos con tranquilidad, si nos encontramos con alguien usamos embrujahabla. - Completo la idea Anabeth.

Todos asintieron comprendiendo. No fue difícil, Anabeth y Piper no se encontraron con nadie.

Nuestro trío favorito entró sin ser detectado y los dos hijos del dios del Inframundo llegaron en un pestañeo.

Los únicos que tuvieron un pequeño problema fueron Percy y Jason, estaban volando hacia la ventana del despacho cuando pasaron por una en la que dentro estaban Albus y Minerva hablando.

- Pero Albus son solo niños.

- No, esos niños han vivido más guerras que nosotros en toda nuestra vida. Tendrán que enfrentarse ellos solos al peligro.

- Usted sabe quién es la culpable?

- Tengo una ligera sospecha pero no estoy seguro.

Con esto el director dió por terminado la conversación sobre ese tema, entonces miró por la ventana.

Jason gracias a los dioses se elevó rápidamente y el anciano no llego a verlo, supongo que ventajas de ser hijo de Júpiter.

Llegaron de últimos opiamente pero pronto le explicaron la situación a los demás.

- Odio cuando hace eso, sabe las cosas y no lo dice, deja que lo descubras por ti mismo aunque el precio sea muy alto. - Comento Harry con el ceño fruncido.

No dijo nada más de eso, se acercó al pensadero esperando que alguien echara un recuerdo dentro. Hermione fue rápidamente a su lado y le dió un abrazo mientras Ron le daba una palmadita en la espalda.

- No te preocupes, Bro. - Le dijo Percy.

Hazel se acercó al pensadero y depósito el recuerdo, esta vez fue ella la primera en entrar.

En menos de lo que se dice "Por Zeus" todos estaban dentro, listos para más misiones estúpidas.

- Vamos? - Dijo Leo.

Todos se pusieron a caminar de maña gana. Tardaron poco en llegar a la habitación de su siguiente sospechosa, Hera, la reina de los dioses.

Su habitación era de un color rosa chicle, tenía una cama de matrimonio en el centro y en una esquina había un escritorio con una maqueta del campamento Mestizo.

Investigaron por la habitación y nada más empezar encontraron un cajón secreto en dicho escritorio. Lo abrieron con cuidado y sacaron lo que había en su interior.

Había dos pequeñas libretas con fotos pegadas en su interior, en una se leía madres y en la otra hijos.

Pronto se dieron cuenta que ahí estaban todas las chicas con las que Zeus se había acostado y sus hijos de los cuales ella no era madre.

En la parte de atrás de la primera libreta ponía parte 89 y en la segunda parte 46.

Los jóvenes se quedaron impactados, siguieron revisando la habitación en busca de cualquier otra pista o las otras partes de la historia de ligues de Zeus.

No encontraron nada, al acabar se pusieron de acuerdo en ir a la sala donde estaban los tronos de los 12 olímpicos.

Estuvieron allí fijándose en todas las diosas por si había algo que pasaron por alto pero todas parecían tranquilas.

Solo Frank noto que Hefesto estaba nervioso, no paraba de dar toques contra el reposabrazos de su trono. Encima los toques eran irregulares.

Frank decidió no prestarle atención al fin en cuentas el era un dios. Uno que tenía fama de ser bueno, solo que torpe, con las personas.

Cuando el recuerdo se esfumó todos se encontraron donde estaban antes. De repente escucharon pasos venir del pasillo anterior al despacho, de la nada sombra los envolvió y se encontraron en la sala de los menesteres.

Antes de que Nico se cayera al suelo sus alas lo envolvieron automáticamente haciendo que no se lastimara.

- Ya le dije que no podía hacer tantos viajes sombra... pero me hace caso? No! - Decía Leo mientras lo recostaba en una cama que había allí.

Después todos se sentaron en unos sillones. Y empezaron a hablar.

- Hera, yo creo que es ella es la que tiene más razones para hacerlo. - Decían Piper, Anabeth y Jason.

- No, es Atenea, sabe perfectamente como ocultar sus huellas. - Revatían Percy, Ron y Hazel.

- La cuestión es que Afrodita estamos ya seguros de que no. - Dijo Harry.

Era cierto, todos estaban de acuerdo en descartar a la diosa del amor para no volver.

- Oye, y si es mi madre? - Dijo Reyna pensativamente.

- Sabes perfectamente que los dioses romanos son demasiado "perfectos" para meterse en estos líos sobre todos tu madre. - Le replicó Percy.

- Es cierto, Jackson, solo quería escucharte lo decir. - Dijo la pretora satisfecha.

Como no se aclaraban decidieron que lo dejarían por ese día. Siguieron con su vida normal dándole vueltas al asunto.

Esa noche ya todos se habían ido a acostar y Frank estaba soñando. Veía a Hefesto como en el recuerdo dando golpecitos sobre el reposabrazos.

Se despertó sobresaltado y se prometió que al día siguiente se lo diría al resto.

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Perdón por no actualizar, estoy con depresión por empezar el instituto. Por eso os dejo con suspense.

Lo paso mal, os lo hago pasar mal.

Besos,
Yo.

Harry Potter y la sangre mestizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora