Epílogo

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Todo el mundo estaba ya curado y vestido en condiciones en el Gran Comedor. Iban a empezar los funerales de los héroes que murieron en esta terrible batalla.

Cuando ya estaban en silencio y Dumbeldore iba a decir unas palabras un destello cegó a todos los que se encontraban en la estancia.

En el momento que el destello desapareció todos pudieron ver a los dioses. Aunque los magos no los conocían de vista podían notar quiénes era por la cantidad de poder que estas personas emitían.

Al mirar a su alrededor los magos imitaron la acción de la mayoría de los semidioses estaban haciendo de arrodillarse. Obviamente con excepciones, Exactamente los siete y Nico, estaban asta las narices de los dioses y no iban a arrodillarse ante ellos. Aunque el resto de semidioses también compartían esa opinión tenían miedo de morir y, en el caso de Reyna perder su puesto como pretora.

- Muchas gracias a todos por haber participado en esta lucha. Se que no fue fácil para nadie que hubo perdidas pero el futuro que se acerca lo compensará todo...

Zeus fue interrumpido y para sorpresa de todos no fue por Percy si no por un mago de apellido Potter que era sujetado por los brazos por Draco que le suplicaba que no hiciera ninguna tontería sin resultado.

- Como que lo compensará, mi pareja ha muerto... Sois unos desgraciados, ella no se merecía eso tenía un futuro brillante como la mejor maga de su generación, tenía muchos sueños por cumplir pero eso a vosotros no os importa.

A esa altura del discurso todos los que habían conocido a Hermione lloraban pero no solo lloraban por ella si no por todas las vidas que terminaron en una batalla que deberían haber resuelto los dioses, para variar. La gente había pasado demasiado y ya no querían pasar por nada más.

Los dioses se miraron entre ellos, quien no los conociera diría que con arrepentimiento pero los semidioses que llevaban en ese mundo desde que nacieron sabían que solo fingían para tener a sus hijos felices, y en este caso a los semidioses.

Así que siguiendo con la costumbre se volvieron del tamaño de un humano promedio y fueron a hablar con sus hijos dando le falsas esperanzas de que esto no iba a volver a pasar. Los dioses no eran tontos y cuando se trataba de hablar directamente con sus padres los semidioses eran bastante maleables.

Todo se volvería un ciclo que generación tras generación se repetía y los magos que estaban empezando a entender como funcionaba su mundo sintieron pena por ellos no se lo merecían. Casi les daba ganas de volver a llorar.

- Que! - Se escucho y después se vio a un Nico correr con Leo en sus brazos y todos sus amigos siguiéndole.

Poco después se fueron los dioses despidiéndose de sus hijos.

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Se fini.

Muchas gracias por todo el apoyo y todo lo que habéis hecho por mi y esta historia.

Besos,

Yo. 

Harry Potter y la sangre mestizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora