Capítulo XXI

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Llevaban casi media hora buscando cuando encontraron seis flores al pie de un roble. Percy se agachó y recogió una del suelo.

- Que se supone que tenemos que hacer? - Preguntó Percy girándose hacia Anabeth.

Ella se quedó pensativa durante un rato. Su momento de brillar fue interrumpido por un quejido de dolor.

- Se que no sabéis lo que digo pero me estoy mareando. - Dicho esto se escucho un golpe seco contra el suelo.

- Ron. - Gritó Hermione preocupada.

Corrió lo más rápido que le permitían sus piernas buscando a su mejor amigo. Por suerte se encontraba a unos 200 metros de las otras flores.

- Ron te encuentras bien? - Preguntó preocupado Harry.

- Me entendéis? - Ron miró sus manos y sonrió al darse cuenta de que tenía manos y no patas de perro. - Oye creéis que ahora me convertiré en un animago?

- Eso no es lo importante- Dijo Nico. - Lo importante es que hemos estado casi media hora buscando las flores en vez de dormir, y va y te hace efecto la primera...

- Bueno, Sombritas... No exageres - Le recriminó su pareja.

- Podemos coger las flores, será bueno para un interrogatorio. - Pensó Hermione en voz alta.

- Es muy buena idea, donde las metemos? - Contestó animada Anabeth.

Hermione saco una pequeña cartera de su chaqueta. Metió todo el brazo y saco tres macetas.

- Las tenía para unas mandragoras que tenía que trasplantar pero es más importante esto.

Dicho esto se movilizaron Percy, Anabeth y Nico que fueron a hacer el transplante. El resto se quedaron junto a Ron.

Cuando acabaron volvieron a casa de Anabeth, o esa era la idea. Por el camino vieron a un grupo de cinco mortales y mugles ebrios, muy ebrios.

Una chica con pantalones cortos y un top negro se acercó hacia los chicos meneando sus caderas con delicadeza.

Al acercarse pudieron ver mejor su largo pelo color celeste y sus ojos negros como el carbón. Cuando la joven puso su mano en el culo de Harry ya sabían que eso no iba a acabar bien.

- Hola, ricura. - Dijo la chica coquetamente.

- Disculpa pero tengo novia.

- Ahj

Al contrario de lo que todos pensaban fue pasando la mirada por todos los presentes. Se empezó a acercar a Nico pero la mirada que este le dedicó sobraba para que no se volviera a acercar.

Volvió a mirar al resto de chicos que allí quedaba, se acercó a Percy y puso su mano sobre sus abdominales. Estaba separando los labios cuando se encontró boca abajo.

- No te acerques a mi novio, hija de Hera.

Jason dejo a la joven en el suelo con cuidado de no lastimarla, al fin en cuentas había hecho todo eso porque estaba borracha o eso quería creer.

Nuestros chicos siguieron su camino y al llegar a su destino se pusieron a dormir, con ropa y todos tirados en el sofá de una forma muy extraña.

Los tres magos estaban en el suelo. Harry tumbado y Hermione y Ron apoyados en el.

Encima del sofá estaban Frank y encima de él estaba Hazel. En el borde, es decir en el reposabrazos estaba Jason y en su regazo Percy.

En la mesa de la cocina dormían Leo y Nico acurrucados. Y Anabeth y Piper dormían junto al perchero recibiendo toda la calor de las chaquetas.

Will y Reyna descansaban junto a la chimenea, abrazados.

La primera en despertar fue Hazel. Después paulatinamente se fueron despertando el resto. Cuando Frank despertó, fue el último, ya estaba la comida hecha.

Le contaron más o menos al Sr. Chase lo que había pasado la noche anterior. De paso, mientras comían patatas fritas con pechuga de pollo empezaron a hablar de lo que harían a continuación.

- Lo más sensato es dividirnos en dos grupos, uno que regrese a Howarts... - Dijo Hermione. - Y el otro que se quedé aquí. Pensé que podéis utilizar las 6 flores de lazo de luna para interrogar a Hera. Averiguar todo lo que podáis de ella.

- Madre, Hermione, podrías ser más lista que listilla. - Bromeó Percy.

Después de la mirada que le dedicó Anabeth no siguió la risa que estaba saliendo de su garganta. Y miró a Jason que lo miraba enternecido.

- Bueno, habrá que hacer los dos grupos, digo, llamarme loco.

- Percy tiene razón. Nosotros tres volvemos a casa. - Dijo Hermione.

- Yo os llevaré además que tengo una idea, puedo construir una cárcel como de la que liberamos a Hera años atrás. - Dijo Leo.

- Cierto, yo también me voy, fijo que te puedo ayudar. - Dijo Nico.

- Os dará tiempo? - Preguntó Hazel preocupada.

- No lo sé, iré un poco ajustado.

Hazel busco en el bolsillo de su vaquero el giratiempo que había encontrado su puff. Leo sonrió mostrando su agradecimiento por el gesto de su amiga.

- El resto nos quedaremos aquí. - Afirmó Anabeth.

Todos a su alrededor asintieron como estando de acuerdo.

- Chico cuando lleguéis enviarme una carta de cómo vais. Podéis usar a mi águila como si fuera una lechuza.- Dijo Jason.

- Bien, pues eso haremos. - Dijo Nico asintiendo.

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Y este es el siguiente capítulo perdón por tardar tanto he tenido que estudiar.

El otro capítulo recibió muy pocos votos😌. Pero hubo un comentario que fue el primer comentario que me pedía el siguiente capítulo y me hizo mucha ilusión ❤❤.

Besos,
Yo.

Harry Potter y la sangre mestizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora