capítulo 20.

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LOS MISTERIOS DE LOLA.

CAPÍTULO 20.

MALAS DECISIONES.

Seguía muy agobiada por todo lo que había sucedido en esos últimos días. Cuando salía de clases con Ilse alguien me esperaba, nunca imaginé verlo aquí.

—¿Ya viste quién está allá? —Ilse me movió.

—Sí ¿qué pasaría?

—Pues vamos a averiguarlo —me tomó de la mano y me llevó arrastras.

Saludé, él respondió muy formal, me abrazó y me dió un beso en la mejilla.

—¿Cómo estás Lolita? —saludó Felipe.

—Que sorpresa ¿A caso tú no me odias como todos? —inquirí.

—No digas tonterías ¿podemos hablar? Es importante. Te invito a un helado.

—Ok, vamos.

Me despedí de Ilse y me subí a su coche. Llegamos al centro comercial, pedimos dos helados grandes, más bien él pidió por mí.

—¡Tu favorito! —afirmó.

—Así es ¿me imagino que no viniste solo a invitarme a un helado? —pregunté.

—Eh calma, baja la guardia vengo en son de paz.

— Mis tíos me odian por todo lo que pasó, me imagino que tú también.

Bajé la mirada, él puso su mano sobre la mía.

— Yo sé lo importante que eras para mi hermano —soltó.

Sus palabras me dejaron fría.

—¿Cómo? ¿Tú sabías de nuestra relación? —Indagué.

—Para nadie es un secreto que Manuel y yo no éramos los mejores hermanos del mundo, pero cuando terminó con Alana se veía diferente, sus ojos tenían un brillo único, sonreía mucho más, un día le pregunté ¿Felíz por tu soltería? Y él me dijo; estoy enamorado de la niña más bonita, mi ojitos de gato, le dije cuándo la conoceremos, él me decía pronto porque con esa mujer me caso, es la dueña de mi vida.

Mis ojos se humedecieron.

»Yo tenía la duda, pero en el fondo imaginaba que eras tú, por la forma en la que se miraban cuando estaban juntos, y pues últimamente él viajaba mucho, cuando ustedes estaban cerca los observaba, mi hermano babeaba por ti. Comprobé mis sospechas cuando mi hermano nos dejó, al ver tu dolor. Sé que te amó con el alma, y tú a él. También tenía la sospecha de que Manuelito llevaba su sangre, no sabes la emoción que me dio al saber que si era verdad, él se fue, pero nos dejó algo suyo.

— Me dejas sin palabras —pasé saliva para cortar el nudo que se formó en mi garganta—, yo amaba a Manuel, daba mi vida por él, jamás jugué con ninguno de los dos.

—Eso lo sé, yo sé que amabas a mi hermano, tanto como él a ti. Por eso no me parece justo lo que quieren hacer mis papás.

—Me odian, sé que me equivoqué, estoy pagando las consecuencias, pero te juro que me daba miedo enfrentar todo esto.

—No Lolita, ellos no te odian, solo están muy dolidos, más por la manera en que se enteraron de las cosas. Sobretodo al enterarse que mi hermano nos dejó un pedacito de él, solo hay que darles tiempo.

—¿Me quitaran el niño, verdad? Tu papá  me lo dijo, además me culpan de la muerte de Manuel, eso sí que me duele.

—Mis padres están equivocados, se dejan llevar por el dolor y no miden sus actos y sus palabras. Yo hablaré con ellos, te ayudaré. Manuelito debe crecer al lado de su mamá, yo sé que como lo venías haciendo todo este tiempo el niño estará cerca de nosotros. Solo hay que darles tiempo para que asimilen y procesen la información.

© LOS MISTERIOS DE LOLA. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora