LOS MISTERIOS DE LOLA.
CAPÍTULO 30.
PACTO CON EL DIABLO.
____ NARRA JUANSE ______
Estábamos todos reunidos cuando empezó a sonar mi teléfono, me pareció muy extraño ya que el número no lo tenía registrado, me alejé para responder.
—Hola.
—Seré directo, sabemos dónde está su hijo, si está con su mujer no diga absolutamente nada, ni a la policía ni a nadie si no quiere que se lo entreguemos en una caja. Tiene tres minutos para salir de ahí, le estaré marcando para más indicaciones, lo tenemos vigilado.
La voz estaba distorsionada, no podía reconocerlo, solo podía decir ajá y ok. Lola me estaba observando, tenía que disimular lo mejor posible, pero cómo hacerlo si era tan malo para mentir, más a ella. Pero si esa llamada era verdad tendría que hacerlo. Me despedí y le dije que iría a la universidad, pero no me creyó mucho, lo sé por la forma en que me miró, pero aún así quedó tranquila. Salí a la calle y caminé casi hasta mi casa cuando sonó el teléfono otra vez.
—Diga.
—¿Qué estaría dispuesto hacer por su hijo? —preguntó la persona tras la línea.
—Cualquier cosa —respondí con seguridad—, ¿Dónde está mi hijo? ¿Cómo puedo saber que lo que dice es verdad? ¿Cuánto dinero quiere, qué quieren?
Tenía miles de preguntas, solo quería traer de vuelta a mi hijo.
—Silencio, las condiciones las pongo yo, usted sólo escuche. Siga las instrucciones al pie de la letra, sino las consecuencias las pagará su hijo. Cuidado con un mal movimiento porque lo tenemos vigilado. Empezamos bien, menos de tres minutos para salir, así me gusta.
—Haré todo lo que me pidan, solo quiero de vuelta a mi hijo —Respondí.
—Empezamos a entendernos, eso me gusta.
—¿Dígame qué es lo que tengo que hacer? —Pregunté.
—Irás a tu casa sin levantar sospechas a recoger todos tus documentos, incluido el pasaporte. Luego llegarás al centro de la ciudad, ahí te recogerán.
—¿Cómo sé que es verdad que ustedes tienen a mi hijo? —Volví a preguntar.
—Revise su celular, le enviaré una foto. Nos vemos en media hora, ya sabe ni una sola palabra a nadie, ni a su mujercita, si lo hace sabe las consecuencias.
En ese momento llegó la foto, era mi hijo, sentí un nudo en la garganta. Estaba un poco delgado, pero era él. No importaba si pactaba con el mismísimo demonio, pero lo recuperaría a toda costa. Me parecía muy extraño, ¿para qué mis documentos y mi pasaporte? Sería que a mi hijo lo sacaron del país, pero no me explicaba cómo, no pidieron dinero ¿Por qué yo? Tenía tantas preguntas, pero en media hora tendría respuestas, lo mejor de todo poder devolverle la felicidad a mi princesa. Llegué a casa recogí mis cosas, cuando bajé a la sala me topé con mamá.
—¿Hijo vas a casa de Lolita?
—No Mamá, vengo de allá.
—¿Entonces a dónde vas? —preguntó con curiosidad.
—A la universidad.
—¿Otra vez y eso por qué? —volvió a preguntar.
—Me llamaron y tengo que revisar algunas cosas, adiós mamá, nos vemos ahora —Dejé un beso en su frente.
Le dije lo mismo que a Lola, no podía levantar sospechas. Tomé las llaves del auto y salí al centro como me lo indicaron. Llegué al punto indicado. Me senté en una banca y esperé unos minutos, un hombre se acercó a mí y me dijo que el auto me esperaba.
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© LOS MISTERIOS DE LOLA. #2
Teen FictionLOS MISTERIOS DE LOLA. Sinopsis. ¿Me recuerdan? Mi nombre es Lola. Cuando creí alcanzar mi felicidad, mi vida dio un giro total. Ustedes fueron testigos de mi sufrimiento. Un pequeño ángel llegó a mi vida. No sabía cómo ser mamá, pero contaba con...