capítulo 21

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LOS MISTERIOS DE LOLA.

Capítulo 21.

TODO SE ACABÓ.

        ____ Narra Juanse ____

Empecé a abrir los ojos y sentía que la cabeza me daba vueltas, miré a mi alrededor y no entendía nada ¿por qué demonios estaba semidesnudo? Levanté la mirada, ella estaba envuelta en una bata.

—Buen día dormilón —saludó con una sonrisa.

—¿Pero qué rayos pasó? ¿Por qué  estoy en tu cama? ¿Qué hiciste?  maldición —me levanté de golpe.

—Que mala memoria, la pregunta es qué no hicimos.

— Esto es una maldita broma.

—Anoche no decías lo mismo bebé —sonrió.

Tenía una laguna en la cabeza que no me dejaba recordar nada. Recogí mi ropa y me vestí lo más rápido que pude, trataba de recordar qué había pasado la noche anterior. Lo último que recuerdo fue el sorbo de la copa, luego me sentí mareado y después no recuerdo nada más, me levanté y la tomé de los brazos, la sacudí.

—¿Qué fue lo que hiciste?  Responde.

Ella empezó a reírse, eso más me enojaba.

—Me lastimas, suéltame —chilló.

—Todo fue una trampa, yo caí como un estúpido.

—¿De qué hablas amor? —Sonrió—, Si anoche se te pasaron las copas y pues  pasó lo que tenía que pasar.

Empecé a caminar de un lado a otro. Yo no recordaba nada de lo que ella afirmaba, estaba seguro que entre nosotros jamás pasó nada.

—Estás mintiendo, cómo pude creer en ti. Eres una maldita mentirosa,  estoy seguro que entre nosotros jamás pasó nada —exclamé.

—Eso no me decías anoche mientras me hacías el amor —respondió.

—Estás diciendo viles mentiras ¿Qué pretendes con eso?

— Ahora entiendo porque Lolita está tan enamorada, si haces el amor como los dioses, tus besos, tus caricias… —mordió su labio inferior.

— Estás mintiendo, estoy seguro que entre nosotros no pasó nada, tú me drogaste, me pusiste una trampa y yo caí como idiota, ¿que le pusiste a la copa?

—¿De qué hablas? —respondió con una pregunta—, yo no te drogué, se te pasaron las copas, por qué te arrepientes si anoche lo disfrutaste.

— Entre nosotros jamás pasaría nada porque yo no te deseo como mujer,  por qué  no entiendes eso.

Su sonrisa se borró, frunció el ceño.

—¿Por qué  dices eso? —me gritó.

—Que no entiendes que tú no me inspiras nada como mujer, jamás sentiría deseo por ti —le grité.

Sentí una fuerte bofetada, empezó a llorar y me gritó.

—¡Callate!  Eres un estúpido, como te atreves ¿Acaso no soy suficiente mujer?

—Te lo he dicho mil veces,  para mí no existe otra mujer que no sea Lola —grité.

—¡Estúpido!  Pues vamos a ver si tu estúpida Lola te perdona que te revolcaste conmigo —gritó.

Al escuchar cada palabra, me quedé frío, no podía creer lo que se atrevió a hacer. Fui tan estúpido, por tratar de solucionar las cosas, me hundí aún más.

© LOS MISTERIOS DE LOLA. #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora