LOS MISTERIOS DE LOLA.
ALAS ROTAS.
CAPÍTULO 18.
Hablamos largo rato, les conté cómo todo empezó hasta que terminó, incluso les conté que planeaba decirles después de la noche del compromiso, porque me sentía mal, pero me daba mucho miedo.
—Si él te amaba tanto como dicen ¿Por qué nunca habló con nosotros? —preguntó papá.
— Intentó, quiso hacerlo muchas veces, pero yo no lo dejé —respondí.
—Leila, ¿Cómo es que tú lo sabías, por qué te quedaste callada? —interrogó mamá.
—Era obvio —Respondió Leila—, el amor se les salía por los ojos. Cuando él murió a Lola le afectó demasiado, supe que entre ellos había algo más.
—Hija si ustedes desde el principio hubiesen hablado con la verdad —Comentó Papá—, no serían los únicos en el mundo en enamorarse, pero se quedaron callados, nosotros siempre les hemos dado confianza.
—Ese fue su error, callar —habló mamá.
— Sí lo pensábamos hacer, pero el destino no nos dió tiempo de nada —Murmuré.
—Admiro lo que hizo Juanse por defenderte, pero insisto debieron decir la verdad, más sobre el niño —respondió papá.
— Tenía miedo, lo siento —susurré.
—Algo tengo claro: no dejaremos que se lleven el niño —agregó mamá.
Mis papás a pesar de todo me apoyaron, me dijeron que luego hablaríamos, que tenían que digerir todo esto. Leila me acompañó a la habitación, se quedó conmigo, yo estaba como pérdida en mis pensamientos, ella acariciaba mi cabello.
— Hermana no llores más, te va a dar algo.
—¿Cómo se hace para no llorar cuando tienes el corazón partido en mil pedazos y las alas rotas?
—Mi niña, ¿estás así por Juanse, verdad? ¿Tú si crees que él le contó a esa mujer ese secreto? —me miró.
—¿Dime quién más? Si solo sabíamos Ilse, tú, él y yo, es obvio, es su amiga y le contó, me falló.
—¿Hermana qué vas hacer? Me duele verte así, habla con él, escucha lo que tiene que decir.
—No, ¿para qué? Le dije que esa mujer estaba enamorada de él y no me hizo caso, mira como destruyó mi vida, arruinó todo, mi niño…
—Tranquila, no dejaremos que nadie nos lo quite.
Ella trataba de darme ánimos, pero nada calmaba ese dolor que sentía en mi pecho. Leila se fue a su cuarto, le dije que estaría bien, que me daría una ducha luego me acostaría. Entré al baño y dejé que mis lágrimas se mezclaran con el agua. Me deslicé por la loza fría dejándome caer al piso, abracé mis rodillas y solo lloré.
No sabía qué pasaría con mi vida, tenía claro que lucharía por mi hijo. No iba a dejar que lo alejaran de mí. Lloré tanto que sentía que mi cuerpo perdía las fuerzas, como pude llegué a la cama, mi celular sonaba y sonaba, era él, solo lo apagué. Me quedé tendida con la mirada fija en el techo. No podía entender cómo había pasado todo eso. ¿En qué momento mi vida dió un giro tan drástico? Después de tanto llorar, me quedé dormida. A la mañana siguiente alguien tocó a mi puerta.
—Pase —Susurré.
—¿Cómo sigues hermosa? —habló mi hermana bajo el umbral.
—Digamos que bien.
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© LOS MISTERIOS DE LOLA. #2
Ficção AdolescenteLOS MISTERIOS DE LOLA. Sinopsis. ¿Me recuerdan? Mi nombre es Lola. Cuando creí alcanzar mi felicidad, mi vida dio un giro total. Ustedes fueron testigos de mi sufrimiento. Un pequeño ángel llegó a mi vida. No sabía cómo ser mamá, pero contaba con...