La Debilidad Del Guardaespaldas

CAPÍTULO 26

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Cuando me aseguro con mis propios ojos de que el camión se ha ido, voy a la habitación de Nicholas para contarselo.

Toco un par de veces, pero no recibo respuesta, decido entonces ir a su lugar de ejercicio , vuelvo a tocar y ahí si que está porque a los cinco segundos me abre la puerta,al parecer está hablando por telefono, me deja pasar y me invita a sentarme en un pequeño banco que tiene al lado de las máquinas y pesas.

Cuando termina de hablar, guarda el aparato en su bolsillo de chándal y se sienta en el suelo, delante de mí.

El rato que he tardado en contárselo, en ningún momento lo he mirado a los ojos, levanto la mirada con ojos llorosos y veo que Nicholas está en una especie de shook, no se mueve, no me mira, no hace nada.

-Tengo miedo.

Nada, no contesta, ni me mira.

-¿Cuántas veces a entrado en casa? Demasiadas, teniendo en cuenta el número de seguridad que tiene esta casa, pendiente de que nadie entre y que si entra que no salga. -digo sollozando del miedo y de los nervios. Nicolás nota mi estado, se acerca y me mira.

-Emery, esto no puede seguir así, nunca creí que volvería a decir algo así después de todo mi pasado pero Emery, cariño yo también tengo miedo, tengo miedo por ti, porque a mi no me ha atacado o por lo menos no de una manera violenta o con importancia, pero a ti, a jugado con tu seguridad, con tu salud mental y física, en todo lo que te ha hecho has podido acabar muy mal, en la montaña rusa, podría haberte atacado y haber acabado herida o peor quien sabe, y ¿sabes qué? Que me siento mal, jodidamente mal porque en esa ocasión podría haberte ayudado y parar todo porque no te habría dejado sola - dice mirándome en todo momento a los ojos, en volviéndome las manos en las suyas. -Lo habría hecho aún sabiendo que igual ese tío, o tía, no lo sé, podría haberme atacado a mi y no a ti, porque te quiero y lo último que quiero es que lo poco que tengo y quiero, sufra de la manera que lo estás haciendo tú. - Al final se le escaban unas lágrimas, lo que hace que yo llore más.

Saco mis manos de entre las suyas con cariño, le limpio cuidadosamente las lágrimas que han salido y salen de sus preciosos ojos y me siento a horcajadas sobre él. Lo abrazo y cuando lo hago Nick esconde la cabeza entre mi cuello y mi hombro, llorando.

-Te quiero Nick.

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