La Debilidad Del Guardaespaldas

CAPÍTULO 30

NICHOLAS

Me despierto por el horrible chirrido que hace la puerta al ser abierta. La luz se hace en el pequeño cubículo. Miró a mi alrededor y Axel está en las mismas que yo, despertándose y mirando con intriga la puerta.

Rouse entra con Emery cargada en sus brazos, atada de pies y manos y con cinta cubriendo su boca. Tiene el pelo revuelto, está pálida y lleva la ropa rota y manchada.

Entran Porter y Colombo, pero yo no puedo dejar de mirar a Emery, en busca de posibles heridas y lesiones, pero parece que está bien, por lo menos físicamente.

Colombo trae una silla y la pone al lado de Axel, sientan a Emery en ella y la aferran a la silla.

Porter se acerca a ella y saca una pistola. Mi sistema nervioso se altera cuando ve que le pone la punta de la pistola en la frente. Porter le quita el seguro al arma y Axel empezamos a chillar, pero al tener la cinta americana cubriéndonos la boca, solo se escuchan ruidos sin sentido.

Porter, Colombo y Rouse, se empiezan a reír a carcajadas.

-Porter, creo que ya les hemos hecho sufrir suficiente. - el nombrado baja la pistola y la guarda en la cinturilla de su pantalón.

-Sí, creo que es suficiente, por ahora.

Los tres vuelven a reír.

-Vámonos.

Los tres despejan el área y lo último que veo antes de que cierren las puertas, y con ello desaparezca la luz, es a Emery, dormida, con su cabeza apoyada en su propio hombro y con el último rayo de luz, distingo una cámara de vigilancia a una esquina de la sala, estábamos vigilados.

...

EMERY

Negro, todo es así, negro. Una luz proveniente del fondo del avismo en el que estoy, deslumbra. Pero no hago mueca ante la inesperada luz.

Veo a un niño y a una niña, muy parecidos físicamente, podría decir que son hermanos. Pero el chico es más mayor que la chica por la gran diferencia de altura.

Una casa aparece a sus espaldas, su casa. Ambos se encuentran jugando, no sabría decir a qué, pero los dos se ven muy felices.

De la casa sale otro niño, totalmente diferente a los anteriores, se acerca corriendo hasta los hermanos y en cuanto están uno al lado del otro, juegan.

Intentó avanzar y cuando mis pies responden, me acerco más a la casa y entro.

Un hombre y una mujer están sentados en la mesa circular de su cocina. Leyendo.
No distingo sus rostros, ya que no tienen rostros, ninguna de las personas las cuales estoy viendo a mí alrededor.

La imagen se aleja, vuelvo a donde están los niños. Todo se aleja y vuelvo a lo negro, no veo nada, simplemente negro.

...

AXEL

Me duele el cuello por la postura en la que estoy durmiendo.

La puerta se abre otra vez y entra Colombo con una bandeja, el aroma a caldo eclipsa el olor nauseabundo a cerrado.

Da la luz y se sienta en una silla puesta en frente de mí y a la vez de todos.
Nicholas despierta y se queda tan impactado como yo al ver la bandeja con comida y agua.

-Parece que la princesita aún no se ha despertado.

Nicholas y yo giramos la cabeza, es cierto, sigue dormida, no se mueve, su pecho no se mueve.

Colombo se levanta y deja la bandeja en la silla.
Se remanga y deja a la vista su reloj, se acerca a Emery y le toma el pulso.

Nicholas y yo preocupados, esperamos a que diga algo.

-Bien.

Es lo único que necesitábamos, para saber qué a pesar de todo, ella seguía bien, por lo menos viva.

-¿Qué os apetece comer? Hay caldo, arroz y carne. El agua doy por echo que vais a tomar sí o sí. - no podemos hablar por la cinta americana - Oh! Cierto, no podéis hablar.

Nos quita la cinta de la boca a los tres.
Pero ninguno de los dos, los cuales estamos conscientes, decimos nada.

-Vale, vamos a ver quien empieza a comer primero.

Nicholas y yo no respondemos, la furia nos carcome por dentro y si habláramos, probablemente lo estropearíamos todo.

Colombo se acerca a Nicholas con una cucharada de arroz, se la acerca a la boca como si fuera un bebé al que le tiene que dar de comer.
Nicholas no abre la boca, no hace siquiera ademán de abrirla, solo lo fulmina, está enfadado, realmente enfadado, y lo entiendo, saber que no puedes hacer nada ante esta situación debe ser estresante.

-Vamos Nicholas, tienes que comer.

Colombo lo intenta de nuevo, y al ver que Nicholas no hace nada, le preta la cucharilla en la fina línea donde se juntan sus labios.
Nicholas cede, pero no mastica ni traga. Solo lo escupe, con la suerte o desgracia, depende de para quien, de que Colombo estaba lo suficientemente cerca de él para escupirle la comida en la cara.

-Maldito.

Colombo esta apunto de coger a Nicholas por el cuello, cuando una tos débil nos hace estremecer a todos, los tres miramos en la misma dirección.

-¿Emery? - pregunta Nicholas preocupado.

Ella parpadea un poco para acostumbrarse a la luz y cuando lo hace intenta soltarse de las cuerdas que le atan las manos, pero es imposible.
Cuando se da cuenta de ello, nos mira, tiene los ojos llorosos.

-Aunque no lo creas Emery, estoy feliz de que estés bien, porque aunque ninguno lo creáis no os queremos hacer daño, por lo menos no físico.

Emery empieza a hablar pero Colombo la interrumpe. - lo tuyo fue un cambio de planes, no estaba en el guión. Ahora sí me disculpáis creo que me tengo que ir yendo, no queréis comer, no queréis beber, pues bien, me voy.

Coge todo lo que había traído consigo y aprovechando la poca luz que hay en la habitación, nos miramos entre nosotros para confirmar que estamos bien.

NARRA ÉL

Ver sus caras de agobio, de furia y hasta de miedo, era muy satisfactorio para mí. Saber que estaba yendo bien no, genial, el plan que había ideado desde hace tiempo me producía un placer infinito.

Quedaba poco para que supieran mi identidad, muy poco, pero no solo la mía, sino también la identidad de todos los que me han apoyado y ayudado con este proyecto. La mayoría lo hacían por dinero; otros pocos porque a la par que a mí, la idea de venganza y sufrimiento sobre otras personas se les hacía muy placentero. Los otros pocos creo que no tuvieron alternativa, digo, ser amenazado en contra de tu voluntad, y no solo a ti, sino también a todos tus seres queridos... Sería una situación bastante difícil para mí.

No quiero matar a nadie pero sí, hacerlos sufrir, jugar con sus cabezas, con sus mentes. Hacerlas explotar, y lo haría en este preciso momento, mi plan era que solo cuando Colombo fuera a darles de comer, podría actuar, y el momento ha llegado...

En el momento en el que Colombo le tomó el pulso, me quedé preocupado, tampoco quería que Emery muriera, ese no era el plan y Colombo lo sabía,por eso le tomó el pulso. Pero en cuanto Colombo miró justo después la bandeja con comida, la señal, me hizo saber que todo estaba listo.

Unos minutos después, como habíamos acordado, Colombo vuelve a entrar y cuando llega al centro de la sala yo me hago de notar, todos los aferrados se quedan sin palabras, Nicholas intenta desatarse de la impotencia, pero es imposible, la cuerda solo se puede cortar con una pequeña cuchilla que tengo yo, solo yo puedo darles la libertad que quieren. 

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