Chapter Fifteen

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La casita subterránea 17.38

Era Jueves y nuevamente el grupo de amigos de Mike Wheeler había decidido honrar el claro con su presencia. Aquella era su última semana de vacaciones de verano y querían disfrutarla. El grupo de perdedores liderados por Bill, asistirían a la Escuela Secundaria de Dawkins #2, y el de Mike, a la Escuela Secundaria de Dawkins #1.

La mayoría se encontraban disfrutando de la compañía de los demás, la mayoría, excepto uno.

Stan miraba la escena frente a él, y conforme pasaban los segundos, su agarre a su pequeño libro se apretaba más y más, y no lo entendía. No entendía su manera de actuar. No entendía por qué el grupo de Mike tuvo que haber llegado a sus vidas. No entendía por qué Lucas coqueteaba con Bill descaradamente. No entendía por qué Bill no se daba cuenta. Y sin duda, no entendía por que le importaba eso. Pero ahí estaba. Con la seriedad y la calma de siempre mientras una marea de emociones asfixiantes lo ahogaban desde adentro.

Trató de distraerse un poco, desvió la vista y la paseó por todas las personas presentes en el claro. Los primeros que sus ojos enfocaron fueron Eddie y Will, estaban sentados en una roca mientras leían comics, uno a lado del otro, y estos a su vez eran disimuladamente custodiados por Richie, que escuchaba rock and roll, I Heard It Through the Grapevine era cantada en ese momento por Marvin Gaye. Su vista enfocó a Mike conversando con Jane y Dustin, y quién miraba constantemente a Eddie, el motivo por el que Richie se encontraba a la defensiva, y rodó los ojos.

Siguió su recorrido y observó a Ben y Mike Hanlon, ambos con cómics en sus manos, uno junto al otro, mientras por momentos se sonreían y volvían a su lectura. Continuó observando y se encontró con Max junto a Beverly, las dos conversaban animadamente y reían, y poco a poco fue consciente de las miradas que le dedicaba Bev a Jane, al igual que Max con... Lucas.

Y su mirada volvió a recaer en Lucas con Bill, y de nuevo sintió como esas emociones abrumantes se hicieron presentes en su pecho.

Su pierna comenzó a moverse constantemente de arriba a abajo en señal de ansiedad. Tomó su libro y lo abrió, ojeó distraídamente los dibujos de pájaros y, sin poder evitarlo, centró su vista de nuevo en Bill. El castaño sonreía levemente, mientras miraba unos cuantos segundos a Lucas y volvía su vista al cómic en sus manos para seguir con su lectura, y cayó en cuenta de algo que lo sorprendió por completo.

Comprendió que finalmente había encontrado a alguien que le gustaba observar más que las aves, alguien que se le hacía tranquilizador, sereno, calmado, como aquellos animalitos voladores que lo hacían despejarse y querer ser igual de libres que ellos para desplegar sus alas, y eso estaba bien con él, estaba más que bien. Cerró despacio su libro, y trató de pensar qué podía hacer. No había hablado con Bill sobre el beso que impulsivamente le había robado en el baño del Aladdin, y que había disfrutado más que cualquier otra cosa. No le había dicho absolutamente nada. Eso sí estaba mal.

Analizó el panorama, todos parecían absortos en sus propios asuntos como para reparar en lo que haría para llevar lejos de ahí a Bill. Aunque podría apostar su libro a que aparte de Lucas, por obvias razones, Richie sería el único que se daría cuenta,  Richie siempre se daba cuenta. Se levantó lentamente, guardó el librito y lentamente se acercó a Bill. Contó un total de ocho pasos cuando ya estuvo a su lado, se agachó poniéndose a su altura y puso su mano en el hombro del castaño, quien rápidamente lo miró y adquirió un tenue rosa en sus mejillas.

-¿Puedo hablar contigo?- Le susurró Stanley para que solo Denbrough pudiera escucharlo. Este último no supo qué hacer, se puso nervioso pero inconscientemente asintió y se puso de pie.

-Hey...- Susurró Lucas al ver su acción, pero Bill habló.

-Ya r-regreso.- Sin darle opción a protesta, se alejaron del claro, y como Stan había predicho, solo Richie lo notó, y una sonrisa satisfecha había adornado su rostro.

"Mis niños están creciendo". Pensó burlón para luego volver con Eddie.

Stan caminaba despacio, con Bill siguiendo sus pasos, este último incapaz de levantar la mirada y ver al judío. Estaba nervioso, muy nervioso, y eso no le gustaba porque él nunca estaba nervioso. Sus manos sudaban y no hacía más que restregarlas en su pantalón. El beso se repetía en su cabeza una y otra vez como un disco rayado. La imagen estaba ahí, nítida, y los latidos de su corazón no hacían más que confirmarle que había sido real, no un sueño, no una alucinación, real, como él, como Stanley, como el hecho de que estaban yendo a quién sabe dónde y para quién sabe qué, con Stan.

Siguió caminando absorto en su nerviosismo, y sin darse cuenta chocó de frente con el judío que ya se había detenido y volteado para mirarlo.

-P-perdón.- Retrocedió unos pasos y comenzó a mirar los árboles a su alrededor.

-Yo quería...- Habló Stanley y carraspeó. Igual que Bill, refugió su vista en las ramas, en busca de aquellas aves que lo calmaban. No las encontró. -Quería disculparme por...

-No hace f-falta.- Negó.

-Hace mucha falta, sí. Es incorrecto no hacerlo.- De nuevo su intento por calmarse falló, y no le quedó de otra que afrontar a Bill, y de nuevo recordó la tranquilidad que Dendrough solía transmitir, originada principalmente por su confianza en sí mismo y fortalecida por su actitud de líder. Quiso confiar en Bill, y centró su mirada en él. Lo confirmó y lo logró, y se apoyó de eso. -Te debo una disculpa por lo ocurrido en el Aladdin.- Las mejillas del castaño se colorearon más y por fin miró al judío.

-Yo sé q-que fue un e-er...

-No lo fue.- Negó el judío y dió unos cuantos pasos para acercarse, aunque no los suficiente para poder tocar a Bill. -El beso no fue un error. Quería hacerlo. No me disculparé por ello. Lo haré por lo que hice después.- Sus palabras desconcertaron a Bill, quien arrugó el entrecejo buscando en sus recuerdos alguna acción no apropiada de Stan después de lo que hizo, más no la encontró.

-P-p-pero no hiciste n-nada.- Stanley asintió dándole la razón.

-Exactamente. No hice nada. Me disculpo por eso. Debí explicarte por qué lo hice. También me disculpo por no haber hablado contigo del beso, aunque yo quise hacerlo, no estoy muy seguro de que lo hayas querido también.- Bill no supo como procesar eso, miró a los ojos de Stanley y luego bajó su vista hasta el pecho del contrario.

-N-no entiendo por q-q-qué lo hi-hiciste.

-Es una buena razón para mí. No estoy muy seguro todavía, pero el beso lo aclaró bastante.

-Entonces q-quisiera sab-berla.- Bill se lo imaginaba, tenía miedo de la respuesta, pero a la vez unas ganas extrañas de escucharlo salir de la boca de Stanley le causaba una especie de alegría que lo hacía querer acercarse y besarlo. Apretó sus manos para contenerse y lo miró de nuevo a los ojos. Stan se calló un momento, solo mirándolo, y analizando si era buena idea decírselo. Pero estaba ahí para eso ¿no?

-Lo hice... Lo hice porque me gustas Bill. Y si lo permites, quisiera volver a besarte en este momento.- Antes de poder pensarlo, su corazón latiendo extrañamente rápido, hizo a un lado su razón y de manera indescriptible logró operar sus piernas y sus brazos para acercarse a Stan, tomar su rostro entre sus manos y unir delicadamente sus labios en un beso.

-Yo... Y-yo no sé mucho s-s-sobre esto, pero creo que... t-también me gustas Stan.

He's mine! » Reddie ⟩ST - IT⟨ •AU-Crossover• [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora