Chapter Five

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Main Street 09.57

Eddie Kaspbrak daba vueltas en su habitación, preocupado y mirando el pequeño reloj en su muñeca. Faltaban tres minutos para las diez de la mañana y aún Richie no había ido a su casa. Era ya una plena costumbre levantarse y a los minutos encontrar a Richie irrumpiendo en su habitación. Aún no entendía como su amigo le hacía para ocultarse de su madre, pero el caso es que hasta ahora no había sido descubierto, siendo un alivio para el más pequeño.

Decidió que lo mejor era ir a confirmar que no le haya pasado absolutamente nada, el sentirse intranquilo al no tener noticias de este no era un sentimiento que le gustaba tener presente. Tomó su pequeño inhalador, lo guardó en su bolsillo, salió de su habitación cerrando la puerta detrás suyo y bajó las escaleras tratando de no hacer tanto ruido. Caminó por el pasillo que dirigía a la salida y sin armar mucho escándalo, consiguió salir de su casa. Después de todo no era tan difícil escapar de su mamá, la rutina de siempre estar en su sillón frente al pequeño televisor comiendo lo que cocina hacía fácil el trabajo, ahora entendía a Richie. Agarró su bicicleta comenzando a pedalear en dirección a la casa del bocazas.

Estaba ansioso por verlo y pasar el día con él.

Center Street 10.17

-Esto apesta.- Se quejó Richie subiendo las escaleras que lo dirigían al pasillo de las habitaciones. Llegó a la suya y se encerró lanzándose en la cama. Al final, el castigo por decir groserías había llegado. Sinceramente el bocazas había esperado tareas que realizar en casa o el jardín, que a lo mucho le llevarían medio día, pero ser castigado una semana sin salir, definitivamente había sido el peor de los peores castigos en todo el maldito mundo.

No podría salir a jugar con sus amigos, tendría que verle la cara todos los días a la mujer de su papá, y lo peor de todo el caso, es que no podría ir a ver a Eddie por las mañanas como había acostumbrado a hacer, no podría verlo toda una semana cuando recién se levanta y anda con pijamas gigantes que lo hacen ver extremadamente adorable y más pequeño de lo que realmente es.

Esos momentos de verdad Richie los valoraba.

Pero todo se arruinó y por eso Tozier estaba enojado, enojado con su papá, con la actual mujer de su papá, con las hijas de la mujer de su papá, con el hijo de la mujer su papá.

Su papá.

Su papá era el culpable de todo, si él no tuviera una nueva mujer nada estaría sucediendo así, no se enojaría por comentarios estúpidos que no ofenden a nadie (o al menos así lo veía Richie). Y ni hablar de Mike, definitivamente tenía irremediables ganas de realizar un gran puré de sapo.

Un gran puré de sapo que luego se lo daría a los perros callejeros, aunque estaba seguro que estos tampoco lo querrían y terminarían vomitando.

¡El muy idiota había tenido el descaro de reírse en su cara cuando su papá le impuso el castigo!

El infierno era muy poco para que sufra Mike.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido del timbre en la planta baja, aunque sin prestarle demasiada atención, dió media vuelta en su cama y quedó recostado boca abajo. No tenía ninguna intención de salir a recibir a alguna vieja patética, probablemente amiga de Karen.

-¡Mike, cariño! ¡Puedes atender a la puerta! ¡Estoy ocupada!- Escuchó a Karen gritar quizás desde la cocina. Rodó los ojos asqueado por escuchar hablar a la señora tan cariñosamente con su hijo.

-Como si la puerta necesitara que la atiendan.- Susurró. -La maldita visita es quien debe ser atendida, idiota.- Volvió a susurrar.

En verdad estaba enojado.

|×××|

Mike salió de su habitación, se apresuró a bajar las escaleras y se dirigió a la puerta principal a atender la visita inesperada. Aunque probablemente sería alguna amiga de su mamá.

-Buenos d...- Se quedó callado al darse cuenta que la visita inesperada era el pequeño chico que había estado con Richie el día anterior.

-Hola, s-soy Eddie. ¿D-Disculpa, está Richie?- Preguntó el más pequeño con las mejillas levemente sonrojadas al notar la mirada de Mike en él. Wheeler, al escuchar la pregunta de Eddie, se debatió internamente en sí decir una mentira que haga que Eddie se quede un rato más con él, o directamente llevarlo con Tozier.

-Soy Mike.- Fue lo único que pronunció mientras comenzaba a sonreír. Definitivamente el pequeño Eddie estaba despertando sensaciones nuevas en Mike, y este al darse cuenta de ello, simplemente lo aceptó, así como acepto el hecho de que le gustaba tener esas nuevas sensaciones.

-¿Sí se encuentra Richie? S-Si no está, es mejor que me vaya. M-muchas gracias...- Kaspbrak dió la vuelta dispuesto a irse, pero una mano en su brazo hizo que se detuviera, volteándolo nuevamente hacia Wheeler, este no desperdició la oportunidad y dirigió su mano hasta la de Eddie lentamente, poniendo al pequeño incómodo.

-Esper...

-Eddie.- Mike fue interrumpido. Richie se encontraba detrás de Mike con el ceño fruncido, las manos en puños y miraba atentamente a la mano de su hermanastro en la de Eddie.

-R-Richie.- Susurró el pequeño asmático mientras tocaba el inhalador en su bolsillo delantero, comenzaba a sentirse nervioso y eso casi siempre terminaba en un ataque de asma. Intentó zafarse del agarre de Mike, pero a este tan solo le bastó apretar un poco más su mano para impedírselo.

-¡Déjalo, estúpida rana!- Volvió a decir Richie al notar la incomodidad de Kaspbrak. Caminó hasta el más pequeño, quitó la mano de Eddie del agarre de Mike y lo comenzó a halar hacia su habitación. Wheeler reaccionó cuando ya ambos chicos no estaban en su campo de visión, y bufando, también se dirigió a su habitación.

Realmente tenía ganas de hablar con Eddie, y darle un buen golpe a Richie también.

|×××|

-¿Richie?- Susurró Eddie recóstandose en la puerta de la habitación. Estaba nervioso y un poco asustado por la cara de Tozier. Este estaba enojado, y cualquiera con dos dedos de frente se daría cuenta de los incontrolables celos que sentía. Eddie lo notó, era tan evidente que fue capaz de notarlo, incluso siendo tan ingenuo como era. Y lo embargó la confusión al sentir irremediable alegría y culpa al mismo tiempo. Alegría porque significaba que Richie llevaba sus sentimientos más allá de un cariño de amigos por Eddie, y culpa, porque él sabía lo que era sentir celos. Ese horrible sentimiento de no poder hacer nada porque no tienes ningún derecho sobre la otra persona.

-¡Ese idiota!- Susurró sentándose en la cama. Eddie al notar el comportamiento del bocazas, se acercó lentamente y sentó a un lado de él. Tozier seguía enojado, la imagen de Mike sosteniendo la pequeña mano de Eddie se repetía una y otra vez en su cabeza, inconscientemente no soportaba la idea de ver a alguien más tocando a Kaspbrak. Yo ya agarré su mano, nadie más debería hacerlo. Fue el pensamiento que cruzó fugazmente por la cabeza del bocazas, y como si Eddie pudiera saber lo que su amigo estuviera pensando, lentamente acercó su pequeña mano a la de Richie, y entrelazó sus dedos como el día anterior, haciendo con tan solo ese pequeño tacto que el enojo de Tozier se disipará como la niebla.

-No estés enojado Richie, por favor.

-Tan solo...- Suspiró y miró al más pequeño. -No dejes que la rana vuelva a tomarte de la mano.

He's mine! » Reddie ⟩ST - IT⟨ •AU-Crossover• [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora